Nueva Biblia Latinoamericana
Los justos ven y se alegran, Y el inocente se burla de ellos, (Job 22:19)
Diciendo: 'Ciertamente nuestros adversarios han sido destruidos, Y el fuego ha consumido su abundancia.' (Job 22:20)
Cede ahora y haz la paz con El, Así te vendrá el bien. (Job 22:21)
Recibe, te ruego, la instrucción (la ley) de Su boca, Y pon Sus palabras en tu corazón.
Si vuelves al Todopoderoso, serás restaurado (edificado). Si alejas de tu tienda la injusticia, (Job 22:23)
Y pones tu oro en el polvo, Y el oro de Ofir entre las piedras de los arroyos, (Job 22:24)
El Todopoderoso será para ti tu oro Y tu plata escogida. (Job 22:25)

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Job 22:22 - Referencia Cruzada

Entonces él me enseñaba y me decía: "Retenga tu corazón mis palabras, Guarda mis mandamientos y vivirás. (Proverbios 4:4)
Que no se aparten de tus ojos; Guárdalas en medio de tu corazón. (Proverbios 4:21)
Por lo demás, hermanos, les rogamos, y les exhortamos en el Señor Jesús, que tal como han recibido de nosotros instrucciones acerca de la manera en que deben andar (se deben conducir) y agradar a Dios, como de hecho ya andan, así abunden en ello más y más. (1 Tesalonicenses 4:1)
Hijo mío, si recibes mis palabras Y atesoras mis mandamientos dentro de ti, (Proverbios 2:1)
Ahora pues, oh Israel, escucha los estatutos y los decretos que yo les enseño para que los cumplan, a fin de que vivan y entren a tomar posesión de la tierra que el SEÑOR, el Dios de sus padres, les da. (Deuteronomio 4:1)
Entonces Jesús les dijo: "Por eso todo escriba que se ha convertido en un discípulo del reino de los cielos es semejante al dueño de casa que saca de su tesoro cosas nuevas y cosas viejas." (Mateo 13:52)
Pero María atesoraba todas estas cosas, reflexionando sobre ellas en su corazón. (Lucas 2:19)
Descendió con sus padres y vino a Nazaret, y continuó sujeto a ellos. Y Su madre atesoraba todas estas cosas (las palabras) en su corazón. (Lucas 2:51)
En mi corazón he atesorado Tu palabra, Para no pecar contra Ti. (Salmos 119:11)
Cuando se presentaban Tus palabras, yo las comía; Tus palabras eran para mí el gozo y la alegría de mi corazón, Porque se me llamaba por Tu nombre, Oh SEÑOR, Dios de los ejércitos. (Jeremías 15:16)
El hombre bueno de su buen tesoro saca cosas buenas; y el hombre malo de su mal tesoro saca cosas malas. (Mateo 12:35)
Estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón. (Deuteronomio 6:6)
Del mandamiento de Sus labios no me he apartado, He atesorado las palabras de Su boca más que mi comida. (Job 23:12)