Huye como un sueño, y no lo pueden encontrar, Y como visión nocturna es ahuyentado.
(Job 20:8)
El ojo que lo veía, ya no lo ve, Y su lugar no lo contempla más.
(Job 20:9)
Sus hijos favorecen a los pobres, Y sus manos devuelven sus riquezas.
(Job 20:10)
Sus huesos están llenos de vigor juvenil, Pero yacen con él en el polvo.
Aunque el mal sea dulce en su boca, Y lo oculte bajo su lengua,
(Job 20:12)
aunque lo desee y no lo deje ir, Sino que lo retenga en su paladar,
(Job 20:13)
Con todo la comida en sus entrañas se transforma En veneno de cobras dentro de él.
(Job 20:14)
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Job 20:11 - Referencia Cruzada
Por eso les dije que morirán en sus pecados; porque si no creen que Yo soy, morirán en sus pecados."
(Juan 8:24)
Mis huesos se pegan a mi piel y a mi carne, Sólo he escapado con la piel de mis dientes.
(Job 19:20)
Juntos yacen en el polvo, Y los gusanos los cubren.
(Job 21:26)
De sus propias iniquidades será presa el impío, Y en los lazos de su pecado quedará atrapado.
(Proverbios 5:22)
Entonces Jesús les dijo de nuevo: "Yo me voy, y Me buscarán, y ustedes morirán en su pecado; adonde Yo voy, ustedes no pueden ir."
(Juan 8:21)
El impío es derribado por su maldad, Pero el justo tiene un refugio cuando muere.
(Proverbios 14:32)
Pues escribes contra mí cosas amargas, Y me haces responsable de las iniquidades de mi juventud.
(Job 13:26)
No Te acuerdes de los pecados de mi juventud ni de mis transgresiones; Acuérdate de mí conforme a Tu misericordia, Por Tu bondad, oh SEÑOR.
(Salmos 25:7)
Y no yacen junto a los héroes caídos de entre los incircuncisos que descendieron al Seol con sus armas de guerra, cuyas espadas estaban colocadas debajo de sus cabezas; pero el castigo de su iniquidad cayó sobre sus huesos, porque el terror de estos héroes prevalecía en la tierra de los vivientes.
(Ezequiel 32:27)
para ocupar (tomar el lugar de) este ministerio y apostolado, del cual Judas se desvió para irse al lugar que le correspondía."
(Hechos 1:25)
En tu inmundicia hay lujuria. Por cuanto Yo quise limpiarte Pero no te dejaste limpiar, No volverás a ser purificada de tu inmundicia, Hasta que Yo haya saciado Mi furor sobre ti.
(Ezequiel 24:13)
Y al final te lamentes, Cuando tu carne y tu cuerpo se hayan consumido,
(Proverbios 5:11)