Nueva Biblia Latinoamericana
Si soy impío, ¿Para qué, pues, esforzarme en vano? (Job 9:29)
Si me lavara con nieve Y limpiara mis manos con lejía, (Job 9:30)
Aun así me hundirías en la fosa, Y mis propios vestidos me aborrecerían. (Job 9:31)
Porque El no es hombre como yo, para que Le responda, Para que juntos vengamos a juicio.
No hay árbitro entre nosotros, Que ponga su mano sobre ambos. (Job 9:33)
Que El quite de mí Su vara, Y no me espante Su terror. (Job 9:34)
Entonces yo hablaré y no Le temeré; Porque en mi opinión yo no soy así. (Job 9:35)

Otras publicaciones relacionadas con "Job 9:32":

Charles Spurgeon
Los hombres perversos no ocasionarán nuestra caída
Consejos para mantenerse firme ante hombres malvados y engañosos. Confía en Dios y Él te protegerá.


Dr. Roberto Miranda
Mis caminos no son vuestros caminos, ni Mis pensamientos vuestros pensamientos
En este artículo, el Dr. Roberto Miranda analiza cómo Dios trata con Naamán y enseña la importancia de la humildad y la sencillez en nuestra relación con Él.


Job 9:32 - Referencia Cruzada

¡Quién me diera saber dónde encontrarlo, Para poder llegar hasta Su trono! (Job 23:3)
Dios no es hombre, para que mienta, Ni hijo de hombre, para que se arrepienta. ¿Lo ha dicho El, y no lo hará? ¿Ha hablado, y no lo cumplirá? (Números 23:19)
Pero el SEÑOR dijo a Samuel: "No mires a su apariencia, ni a lo alto de su estatura, porque lo he desechado; porque Dios no ve como el hombre ve, pues el hombre mira la apariencia exterior, pero el SEÑOR mira el corazón." (1 Samuel 16:7)
Pues yo he preparado mi causa; Sé que seré justificado. (Job 13:18)
Pero déjame decirte que no tienes razón en esto, Porque Dios es más grande que el hombre. (Job 33:12)
Y no entres en juicio con Tu siervo, Porque no es justo delante de Ti ningún ser humano. (Salmos 143:2)
¡Ay del que contiende con su Hacedor! ¡el tiesto entre los tiestos de tierra! ¿Dirá el barro al alfarero: 'Qué haces'? ¿O tu obra dirá: 'El no tiene manos'? (Isaías 45:9)
Mira a los cielos y ve, Contempla las nubes, son más altas que tú. (Job 35:5)
A lo que existe, ya se le ha dado nombre, Y se sabe lo que es un hombre: No puede luchar con el que es más fuerte que él. (Eclesiastés 6:10)
Al contrario, ¿quién eres tú, oh hombre, que le contestas a Dios? ¿Dirá acaso el objeto modelado al que lo modela: "Por qué me hiciste así?" (Romanos 9:20)
en cualquier cosa en que nuestro corazón nos condene. Porque Dios es mayor que nuestro corazón y El sabe todas las cosas. (1 Juan 3:20)
Viene uno que subirá como león de la espesura del Jordán contra la pradera de verdes pastos, y en un instante lo haré huir de él, y al que sea escogido nombraré sobre él. Porque ¿quién es como Yo y quién Me citará a juicio? ¿Quién es el pastor que Me podrá resistir?" (Jeremías 49:19)