Nueva Biblia Latinoamericana
Porque El no es hombre como yo, para que Le responda, Para que juntos vengamos a juicio. (Job 9:32)
No hay árbitro entre nosotros, Que ponga su mano sobre ambos. (Job 9:33)
Que El quite de mí Su vara, Y no me espante Su terror. (Job 9:34)
Entonces yo hablaré y no Le temeré; Porque en mi opinión yo no soy así.
Hastiado estoy de mi vida: Daré rienda suelta a mi queja, Hablaré en la amargura de mi alma. (Job 10:1)
Le diré a Dios: 'No me condenes, Hazme saber que tienes contra mí. (Job 10:2)
¿Es justo para Ti oprimir, Rechazar la obra de Tus manos, Y mirar con favor los designios de los malos? (Job 10:3)

Otras publicaciones relacionadas con "Job 9:35":

Charles Spurgeon
Los hombres perversos no ocasionarán nuestra caída
Consejos para mantenerse firme ante hombres malvados y engañosos. Confía en Dios y Él te protegerá.


Omar Soto
¿Hasta cuando?
El artículo habla sobre la importancia de buscar el favor de Dios en nuestras vidas y cómo esto puede suceder si venimos a Dios con intenciones claras y correctas. También enfatiza la necesidad de arrepentirse y pedir perdón por nuestras propias decisiones y acciones. El autor comparte un testimonio personal y termina con una oración para recibir las bendiciones de Dios.


Job 9:35 - Referencia Cruzada