Nueva Biblia Latinoamericana
Pero hizo lo malo ante los ojos del SEÑOR, como había hecho su padre Manasés. Amón ofreció sacrificios a todas las imágenes talladas que su padre Manasés había hecho, y las sirvió. (2 Crónicas 33:22)
Además, no se humilló delante del SEÑOR como su padre Manasés se había humillado, sino que Amón aumentó su culpa. (2 Crónicas 33:23)
Y conspiraron contra él sus siervos y le dieron muerte en su casa. (2 Crónicas 33:24)
Pero el pueblo del país mató a todos los que habían conspirado contra el rey Amón; y en su lugar el pueblo del país hizo rey a su hijo Josías.
Josías tenía ocho años cuando comenzó a reinar, y reinó treinta y un años en Jerusalén. (2 Crónicas 34:1)
El hizo lo recto ante los ojos del SEÑOR y anduvo en los caminos de su padre David; no se apartó ni a la derecha ni a la izquierda. (2 Crónicas 34:2)
Porque en el octavo año de su reinado, siendo aún joven, comenzó a buscar al Dios de su padre David; y en el año doce empezó a purificar a Judá y a Jerusalén de los lugares altos, de las Aseras, de las imágenes talladas y de las imágenes fundidas. (2 Crónicas 34:3)

Otras publicaciones relacionadas con "2 Crónicas 33:25":

Dr. Roberto Miranda
Nuestra fe debe afectar todos los aspectos de nuestra vida
Consejos sobre cómo la fe debe afectar todos los aspectos de nuestra vida, desde nuestras creencias hasta nuestras decisiones públicas y políticas. Al renunciar al pecado y vivir según los principios espirituales, podemos recibir la bendición de Dios.


Samuel Acevedo
El orgullo y la ambición son dos cosas distintas
Reflexión sobre la historia del rey Uzías y la importancia de la humildad y la obediencia a Dios.


2 Crónicas 33:25 - Referencia Cruzada

Además, ustedes no tomarán rescate por la vida de un asesino que es culpable de muerte, sino que de cierto se le dará muerte; (Números 35:31)
Y todo el pueblo de Judá tomó a Uzías (Azarías), que tenía dieciséis años, y lo hicieron rey en lugar de su padre Amasías. (2 Crónicas 26:1)
De la sangre de ustedes, de la vida de ustedes, ciertamente pediré cuenta: a cualquier animal, y a cualquier hombre, pediré cuenta; de cada hombre pediré cuenta de la vida de un ser humano. (Génesis 9:5)
Entonces el pueblo de la tierra tomó a Joacaz, hijo de Josías, y lo proclamó rey en Jerusalén en lugar de su padre. (2 Crónicas 36:1)
Así que no contaminarán la tierra en que están; porque la sangre contamina la tierra, y no se puede hacer expiación por la tierra, por la sangre derramada en ella, excepto mediante la sangre del que la derramó. (Números 35:33)
Josías tenía ocho años cuando comenzó a reinar, y reinó treinta y un años en Jerusalén. (2 Crónicas 34:1)