Entonces algunos de los jefes de los hijos de Efraín: Azarías, hijo de Johanán, Berequías, hijo de Mesilemot, Ezequías, hijo de Salum, y Amasa, hijo de Hadlai, se levantaron contra los que venían de la batalla, (2 Crónicas 28:12)

y les dijeron: "No traigan aquí a los cautivos; porque se proponen traer sobre nosotros culpa contra el SEÑOR, añadiendo a nuestros pecados y a nuestra culpa. Porque nuestra culpa es grande y el furor de Su ira está contra Israel." (2 Crónicas 28:13)

Entonces los hombres armados dejaron a los cautivos y el botín delante de los oficiales y de toda la asamblea. (2 Crónicas 28:14)

Y se levantaron los hombres que habían sido designados por nombre y tomaron a los cautivos, y del botín vistieron a todos los desnudos y les dieron vestidos y sandalias. También les dieron de comer y de beber y los ungieron, y a todos los débiles los condujeron en asnos y los llevaron a Jericó, ciudad de las palmeras, a sus hermanos; entonces regresaron a Samaria.

En aquel tiempo el rey Acaz envió a pedir ayuda a los reyes de Asiria. (2 Crónicas 28:16)

Porque los Edomitas habían venido de nuevo y atacado a Judá y se habían llevado algunos cautivos. (2 Crónicas 28:17)

También los Filisteos habían invadido las ciudades de las tierras bajas y del Neguev de Judá, y habían tomado Bet Semes, Ajalón, Gederot y Soco con sus aldeas, Timna con sus aldeas, y Gimzo con sus aldeas; y se establecieron allí. (2 Crónicas 28:18)

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2 Crónicas 28:15 - Referencia Cruzada

¿Acaso Aquél que me hizo en el seno materno, no lo hizo también a él? ¿No fue uno mismo el que nos formó en la matriz? (Job 31:15)

Salió entonces la gente a ver qué había sucedido; y vinieron a Jesús, y encontraron al hombre de quien habían salido los demonios, sentado a los pies de Jesús, vestido y en su cabal juicio, y se llenaron de temor. (Lucas 8:35)

¿No es para que compartas tu pan con el hambriento, Y recibas en casa a los pobres sin hogar; Para que cuando veas al desnudo lo cubras, Y no te escondas de tu semejante? (Isaías 58:7)

PERO SI TU ENEMIGO TIENE HAMBRE, DALE DE COMER; Y SI TIENE SED, DALE DE BEBER, PORQUE HACIENDO ESTO, CARBONES ENCENDIDOS AMONTONARAS SOBRE SU CABEZA." (Romanos 12:20)

Pero a ustedes los que oyen, les digo: amen a sus enemigos; hagan bien a los que los aborrecen; (Lucas 6:27)

Si un hermano o una hermana no tienen ropa y carecen del sustento diario, (Santiago 2:15)

Así que, nosotros los que somos fuertes, debemos sobrellevar las flaquezas de los débiles y no agradarnos a nosotros mismos. (Romanos 15:1)

Entonces Pedro se levantó y fue con ellos. Cuando llegó lo llevaron al aposento alto, y todas las viudas lo rodearon llorando, mostrando todas las túnicas y ropas que Dorcas solía hacer cuando estaba con ellas. (Hechos 9:39)

Si tu enemigo tiene hambre, dale de comer pan, Y si tiene sed, dale a beber agua; (Proverbios 25:21)

que tenga testimonio de buenas obras; si ha criado hijos, si ha mostrado hospitalidad a extraños, si ha lavado los pies de los santos, si ha ayudado a los afligidos y si se ha consagrado (dedicado) a toda buena obra. (1 Timoteo 5:10)

Porque tuve hambre, y ustedes Me dieron de comer; tuve sed, y Me dieron de beber; fui extranjero, y Me recibieron; (Mateo 25:35)

Y él respondió: "No los mates. ¿Matarías a los que has tomado cautivos con tu espada y con tu arco? Pon delante de ellos pan y agua para que coman y beban y se vuelvan a su señor." (2 Reyes 6:22)

Cuando Jesús bajó a tierra, Le salió al encuentro un hombre de la ciudad poseído por demonios, y que por mucho tiempo no se había puesto ropa alguna, ni vivía en una casa sino en los sepulcros. (Lucas 8:27)

Los descendientes del Quenita, suegro de Moisés, subieron de la ciudad de las palmeras con los hijos de Judá, al desierto de Judá que está al sur de Arad; y fueron y habitaron con el pueblo. (Jueces 1:16)

Pero el que tiene bienes de este mundo, y ve a su hermano en necesidad y cierra su corazón contra él, ¿cómo puede morar el amor de Dios en él? (1 Juan 3:17)

el Neguev (región del sur) y la llanura del Valle de Jericó, la ciudad de las palmeras, hasta Zoar. (Deuteronomio 34:3)