Nueva Biblia Latinoamericana
Salomón consagró también la parte central del atrio que estaba delante de la casa del SEÑOR, pues allí había ofrecido los holocaustos y la grasa de las ofrendas de paz, porque el altar de bronce que Salomón había hecho no podía contener el holocausto, la ofrenda de cereal y la grasa. (2 Crónicas 7:7)
Salomón celebró la fiesta en aquella ocasión por siete días, y todo Israel con él, una asamblea muy grande, que vinieron desde la entrada de Hamat hasta el torrente de Egipto. (2 Crónicas 7:8)
Y al octavo día tuvieron una asamblea solemne; porque habían celebrado la dedicación del altar por siete días y la fiesta por siete días. (2 Crónicas 7:9)
Entonces, el día veintitrés del mes séptimo, Salomón envió al pueblo a sus tiendas, gozosos y alegres de corazón por el bien que el SEÑOR había mostrado a David, a Salomón y a Su pueblo Israel.
Así acabó Salomón la casa del SEÑOR y el palacio del rey, y llevó a cabo todo lo que se había propuesto hacer en la casa del SEÑOR y en su palacio. (2 Crónicas 7:11)
Y el SEÑOR se apareció a Salomón de noche y le dijo: "He oído tu oración, y he escogido para Mí este lugar como casa de sacrificio. (2 Crónicas 7:12)
Si cierro los cielos para que no haya lluvia, o si mando la langosta a devorar la tierra, o si envío la pestilencia entre Mi pueblo, (2 Crónicas 7:13)

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2 Crónicas 7:10 - Referencia Cruzada

Y hubo gran regocijo en Jerusalén, porque desde los días de Salomón, hijo de David, rey de Israel, no había habido cosa semejante en Jerusalén. (2 Crónicas 30:26)
Sirvan al SEÑOR con alegría; Vengan ante El con cánticos de júbilo. (Salmos 100:2)
Gloríense en Su santo nombre; Alégrese el corazón de los que buscan al SEÑOR. (Salmos 105:3)
Y se alegrarán en presencia del SEÑOR su Dios, ustedes, sus hijos y sus hijas, sus siervos y sus siervas, y el Levita que vive dentro de sus puertas, ya que no tiene parte ni heredad entre ustedes. (Deuteronomio 12:12)
Entonces Ezequías se regocijó con todo el pueblo por lo que Dios había preparado para el pueblo, pues todo sucedió rápidamente. (2 Crónicas 29:36)
Y te alegrarás delante del SEÑOR tu Dios, tú, tu hijo, tu hija, tu siervo, tu sierva, el Levita que habita en tus ciudades, y el extranjero, el huérfano y la viuda que están en medio de ti, en el lugar donde el SEÑOR tu Dios escoja para poner allí Su nombre. (Deuteronomio 16:11)
Allí también ustedes y sus familias comerán en presencia del SEÑOR su Dios, y se alegrarán en todas sus empresas en las cuales el SEÑOR su Dios los ha bendecido. (Deuteronomio 12:7)
sino que lo comerás en presencia del SEÑOR tu Dios en el lugar que el SEÑOR tu Dios escoja, tú, tu hijo y tu hija, tu siervo y tu sierva, y el Levita que vive dentro de tus puertas (de tus ciudades); y te alegrarás en presencia del SEÑOR tu Dios de toda la obra de tus manos. (Deuteronomio 12:18)
Día tras día continuaban unánimes en el templo y partiendo el pan en los hogares, comían juntos con alegría y sencillez de corazón, (Hechos 2:46)
Y te alegrarás en tu fiesta, tú, con tu hijo y tu hija, tu siervo y tu sierva, el Levita y el extranjero, el huérfano y la viuda que están en tus ciudades. (Deuteronomio 16:14)
Llevándolos a su hogar, les dio de comer, y se regocijó grandemente por haber creído en Dios con todos los suyos. (Hechos 16:34)
Jetro, sacerdote de Madián, suegro de Moisés, oyó de todo lo que Dios había hecho por Moisés y por Su pueblo Israel, cómo el SEÑOR había sacado a Israel de Egipto. (Éxodo 18:1)
Ahora pues, levántate, oh SEÑOR Dios, hacia Tu reposo, Tú y el arca de Tu poder; que Tus sacerdotes, oh SEÑOR Dios, se revistan de salvación y Tus santos se regocijen en lo que es bueno. (2 Crónicas 6:41)
Alégrense en el SEÑOR y regocíjense, justos; Den voces de júbilo todos ustedes, los rectos de corazón. (Salmos 32:11)
Porque Tú, oh SEÑOR, me has alegrado con Tus obras, Cantaré con gozo ante las obras de Tus manos. (Salmos 92:4)
Para que yo vea la prosperidad de Tus escogidos, Para que me regocije en la alegría de Tu nación, Para que me gloríe con Tu heredad. (Salmos 106:5)
Regocíjense en el Señor siempre. Otra vez lo diré: ¡Regocíjense! (Filipenses 4:4)
También les dijo: "Vayan, coman de la grasa, beban de lo dulce, y manden raciones a los que no tienen nada preparado; porque este día es santo para nuestro Señor. No se entristezcan, porque la alegría del SEÑOR es la fortaleza de ustedes." (Nehemías 8:10)
Al octavo día despidió al pueblo. Ellos bendijeron al rey, y se fueron a sus tiendas gozosos y alegres de corazón por todo el bien que el SEÑOR había mostrado a Su siervo David y a Su pueblo Israel. (1 Reyes 8:66)