Nueva Biblia Latinoamericana
Busco a mis hermanos," respondió José; "le ruego que me informe dónde están apacentando el rebaño." (Génesis 37:16)
Se han ido de aquí," le contestó el hombre, "pues yo les oí decir: 'Vamos a Dotán.'" Entonces José fue tras sus hermanos y los encontró en Dotán. (Génesis 37:17)
Cuando ellos lo vieron de lejos, y antes que se les acercara, tramaron contra él para matarlo. (Génesis 37:18)
Y se dijeron unos a otros: "Aquí viene el soñador.
Ahora pues, vengan, matémoslo y arrojémoslo a uno de los pozos; y diremos: 'Una fiera lo devoró.' Entonces veremos en qué quedan sus sueños." (Génesis 37:20)
Pero Rubén oyó esto y lo libró de sus manos, y dijo: "No le quitemos la vida." (Génesis 37:21)
Rubén les dijo además: "No derramen sangre. Echenlo en este pozo del desierto, pero no le pongan la mano encima." Esto dijo para poder librarlo de las manos de ellos y devolverlo a su padre. (Génesis 37:22)

Otras publicaciones relacionadas con "Génesis 37:19":

Dr. Roberto Miranda
Génesis 37 - La vida de José
En este sermón, el pastor habla sobre la importancia de soñar en el Señor y cómo Dios habla a su pueblo a través de sueños y visiones. También enfatiza la importancia de perseverar y trabajar duro para realizar los sueños y estar atentos a las oportunidades que Dios nos presenta en el camino.


Dr. Roberto Miranda
Una oportunidad desperdiciada
Este sermón habla sobre cómo reaccionamos ante las ofensas y conflictos en nuestras vidas, y la importancia de vivir conforme a los principios del Reino de Dios. Se utiliza la historia de Dina en Génesis para ilustrar cómo los hijos de Dios deben poner por encima los valores del Reino de Dios, como la paz, la misericordia y el perdón.


Génesis 37:19 - Referencia Cruzada

José tuvo un sueño y cuando se lo contó a sus hermanos, ellos lo odiaron aún más. (Génesis 37:5)
Sus hermanos le tenían envidia, pero su padre reflexionaba sobre lo que se había dicho. (Génesis 37:11)
Los arqueros lo atacaron con furor, Lo asaetearon y lo hostigaron; (Génesis 49:23)
Tuvo un sueño, y vio que había una escalera apoyada en la tierra cuyo extremo superior alcanzaba hasta el cielo. Por ella los ángeles de Dios subían y bajaban. (Génesis 28:12)