Nueva Biblia Latinoamericana
Cuando los siervos de Hadad Ezer vieron que habían sido derrotados por Israel, hicieron la paz con David y le sirvieron. Y los Arameos no quisieron ayudar más a los Amonitas. (1 Crónicas 19:19)
En la primavera, en el tiempo en que los reyes salen a la guerra, Joab sacó el ejército y devastó la tierra de los Amonitas, y fue y puso sitio a Rabá; pero David se quedó en Jerusalén. Y Joab hirió a Rabá y la destruyó. (1 Crónicas 20:1)
David tomó la corona de la cabeza del rey de los Amonitas, y halló que pesaba 34 kilos de oro y que tenía en ella una piedra preciosa; y fue puesta sobre la cabeza de David. Sacó además una gran cantidad de botín de la ciudad. (1 Crónicas 20:2)
Y a la gente que había en ella, la sacó y la puso a trabajar con sierras, con trillos de hierro y con hachas. Y así hizo David a todas las ciudades de los Amonitas. Entonces regresó David con todo el pueblo a Jerusalén.
Sucedió después de esto que hubo guerra en Gezer contra los Filisteos. Entonces Sibecai el Husatita mató a Sipai, uno de los descendientes de los gigantes, los cuales fueron dominados. (1 Crónicas 20:4)
De nuevo hubo guerra contra los Filisteos, y Elhanán, hijo de Jair, mató a Lahmi, hermano de Goliat el Geteo; el asta de su lanza era como un rodillo de tejedor. (1 Crónicas 20:5)
Y hubo guerra otra vez en Gat, donde había un hombre de gran estatura que tenía veinticuatro dedos, seis en cada mano y seis en cada pie; él también descendía de los gigantes. (1 Crónicas 20:6)

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1 Crónicas 20:3 - Referencia Cruzada

es decir, a sus descendientes que habían quedado en la tierra después de ellos, a quienes los Israelitas no habían podido destruir completamente, Salomón les impuso leva de trabajo forzado hasta el día de hoy. (1 Reyes 9:21)
Ahora pues, malditos son y nunca dejarán de ser esclavos, leñadores y aguadores para la casa de mi Dios." (Josué 9:23)
Pero los jefes de Sucot dijeron: "¿Están ya las manos de Zeba y Zalmuna en tu poder para que demos pan a tu ejército?" (Jueces 8:6)
Entonces tomó a los ancianos de la ciudad, y espinos del desierto y cardos, y con ellos castigó a los hombres de Sucot. (Jueces 8:16)
y les amargaron la vida con dura servidumbre en hacer barro y ladrillos y en toda clase de trabajo del campo. Todos sus trabajos se los imponían con rigor. (Éxodo 1:14)
Y David dijo: "Seré bondadoso con Hanún, hijo de Nahas, porque su padre fue bondadoso conmigo." Envió, pues, David mensajeros para consolarlo por la muerte de su padre. Pero cuando los siervos de David llegaron a la tierra de los Amonitas a ver a Hanún para consolarlo, (1 Crónicas 19:2)
Y la gente que había en ella, la sacó y la puso a trabajar con sierras, con trillos de hierro y con hachas de hierro; también la puso a trabajar en los hornos de ladrillos. Así hizo a todas las ciudades de los Amonitas. Entonces regresó David con todo el pueblo a Jerusalén. (2 Samuel 12:31)
Hallará Tu mano a todos Tus enemigos; Tu diestra hallará a aquéllos que Te odian. (Salmos 21:8)