Transformando vidas, transformando la ciudad (Isaías 61:1-4)
Gregory Bishop(Audio: Inglés)
Es una gran visión la que tuvo el profeta Ezequiel. Tuvo visiones donde Dios abría sus ojos para ver cosas del espíritu y vio el templo de Dios siendo reconstruido en los últimos días en la visión que tuvo, y fuera del templo había un río grande y hermoso que fluía y yo Me encanta la historia y en la historia de la visión que tuvo, el ángel lo lleva al río para mojarlo. Es una historia asombrosa de cómo Dios tiene un tipo especial de agua, que es agua viva y voy a comenzar en el versículo 6.
“Entonces me llevó de regreso a la orilla del el río y cuando llegué allí vi una gran cantidad de árboles a cada lado del río y me dijo: Esta agua fluye hacia la región oriental y baja a Arabah donde entra al mar. Cuando desemboca en el mar, el agua se vuelve fresca. Enjambres de criaturas vivientes vivirán dondequiera que fluya el río. Habrá gran cantidad de peces porque esta agua fluye allí y hace que el agua salada sea fresca. Así que donde corre el río todo vivirá. Los pescadores se pararán a lo largo de la orilla desde Engedi hasta Eneglaim. Habrá lugares para tender redes, los peces serán de muchas clases, como los peces del gran mar, pero los pantanos y ciénagas no refrescarán. Se dejarán para la sal. A ambas orillas del río crecerán árboles frutales de todas clases, sus hojas no se marchitarán ni su fruto faltará jamás. Cada mes darán a luz porque el agua del santuario fluye hacia ellas. Su fruto servirá de alimento y sus hojas de curación”.