El valor del compromiso personal en la obra de Dios
Faustino de Jesús Zamora VargasTodos tenemos parte en la obra de Dios, sin excepción. Ser ministros de Cristo significa que hemos comprendido que Cristo anhela expresar su vida en nosotros a través de un corazón de siervo. El lebrillo y la toalla deben estar entre los utensilios que cargamos para honrar al Señor en amor hacia los demás.
Aprender, con amor, a lavar los pies del hermano y aun del que no lo es. Servimos a Dios, a los creyentes y a los incrédulos por imperativo del Señor. No es una opción. Todos hemos sido llamados al ministerio, a la vocación de servir, pero con compromiso. En un mundo en ruinas espirituales y morales, esto pareciera un asunto de locos. Nadie se compromete hoy si no existen beneficios de por medio. El egoísmo y el individualismo no dejan ver a tres pasos adelante, son inhumanos y rapaces.