Las bendiciones del temor de Dios
Faustino de Jesús Zamora VargasEstamos a las puertas de un Jericó que nos impide el paso hacia el lugar adonde Dios quiere que lleguemos. Pero ya estamos a las puertas de la tierra prometida. Sólo necesitamos un acto de fe y de consagración espiritual para avanzar y comenzar la conquista.
Una nueva generación de hombres y mujeres dispuesta a borrar la infidelidad de la generación anterior que murió en el desierto y no vería la tierra de la promesa. Se acabó la vida nómada por el desierto, cesó el maná. Llegamos a casa, podemos establecernos y comer ahora de los frutos de la tierra que fluye “leche y miel”, pero todavía se requiere de compromiso. Las bendiciones de Dios vendrán con la consagración y su temor reverente. La conquista será real, si confiamos en que es su batalla, no la nuestra. Su voluntad, no la nuestra, sus armas, no las nuestras.