La actitud del triunfo (Parte 8)
Dr. Roberto Miranda(Audio: Español)
RESUMEN:
En este sermón, el pastor habla sobre cómo vivir una vida por diseño y éxito, enfatizando la importancia de mantener los ojos fijos en la meta y despojarse de las actitudes y pensamientos que nos hacen caminar pesadamente. También habla sobre cómo Dios nos puede llevar a través de desiertos y pruebas para quebrantar nuestro orgullo y prepararnos para recibir las bendiciones que Él tiene para nosotros. El pastor señala que el éxito puede tener un precio y que es importante tener un carácter adecuado para poder disfrutar de las bendiciones que Dios nos da. En resumen, el pastor enfatiza la importancia de la humildad, la perseverancia y la obediencia a los mandamientos de Dios para vivir una vida exitosa.
El autor compara a Dios con un contratista que no solo arregla lo que se le pide, sino que también descubre y arregla los problemas subyacentes para garantizar un resultado duradero. Para lograr objetivos en la vida, es importante adoptar una visión a largo plazo y ser persistentes y disciplinados en la tarea. Las metas están compuestas de diferentes partes, y la mayoría de las cosas grandes en la vida están compuestas de hábitos no muy espectaculares y detalles pequeños. Dios a veces nos humilla y nos trabaja para prepararnos para nuestras metas. La lección más importante es confiar en él como nuestro proveedor y aprender a regular nuestras vidas.
Dios quiere que tengamos éxito legítimo en la vida, pero eso requerirá pasar por situaciones difíciles y procesos que nos formen como guerreros espirituales. Las cosas grandes en la vida a menudo comienzan pequeñas y requieren tiempo y perseverancia. Dios cumplirá sus promesas, pero a su manera y a su tiempo. Debemos ser disciplinados, persistentes y confiar en la fidelidad de Dios. Él nos llevará a un puerto seguro.Deuteronomio, Capítulo 8.... Yo quiero continuar, ya casi estamos terminando, este tema de la vida por diseño, la vida de éxito, cómo sostener prácticas que nos lleven a una vida exitosa, a una vida de propósito, una vida donde no seamos simplemente víctimas de las circunstancias sino que estemos en la autoridad en la cual Dios nos ha puesto, que podamos alcanzar metas, que podamos llegar a cumplir nuestras visiones, que podamos ser gente en perpetuo proceso y en perpetuo progreso, que podamos cada día ser transformados más y más y reponernos y rebasar las dificultades de la vida y vivir vidas productivas, vidas victoriosas. De eso estamos hablando, ¿no? Y ya llevamos muchas semanas.
Ustedes recordarán que estuvimos discutiendo ese pasaje de Hebreos, Capítulo 12, versículos 1 y 2, que nos ha dado una serie de, digamos, puntos para seguir sobre cómo vivir una vida por diseño, una vida éxito.