El valor de interceder por los perdidos
Faustino de Jesús Zamora VargasHabitamos en un mundo que está en ruina espiritual. El pecado y el desconocimiento del Dios viviente y creador es la única causa del desmoronamiento de los valores sustentados su Palabra. Nuestra confianza descansa en la promesa de que la Palabra es eterna, permanece y perdurará para siempre, a pesar del desenfreno de los estándares del ateísmo.
El secularismo ha instituido sus propios valores y los ha disfrazado con un aparente manto de piedad, pero en el fondo no son más que deformaciones del carácter del hombre impío para ir contrario a los designios y la voluntad de Dios: el egoísmo, la vanagloria, la envidia, el libertinaje. “El dios de este mundo ha cegado la mente de estos incrédulos, para que no vean la luz del glorioso evangelio de Cristo, el cual es la imagen de Dios.”(2 Co 4.4).