Probar nuestra fe a través de la persecución
Isaías Rivera(Audio: Spanish)
SUMMARY:
El apóstol Pedro escribió su primera carta a una iglesia que estaba siendo perseguida. Él les recordó que, a pesar de las pruebas y tribulaciones que enfrentaban, su esperanza era viva y que habían sido hechos nacer de nuevo mediante la resurrección de Jesucristo. La herencia que recibirían era indestructible, incontaminada e inmarchitable. Pedro también les recordó que su herencia estaba reservada en el cielo y que el poder de Dios los protegía mediante la fe hasta que llegara la salvación que se revelaría en los últimos tiempos. Aunque habían sufrido diversas pruebas, esto era motivo de gran alegría para ellos, ya que eran comparados con el oro, el cual se quema para sacar sus impurezas y volverse más puro y genuino.
El mensaje de Pedro hace 2000 años atrás fue dirigido a personas que sufrían y vivían en un contexto diferente al nuestro. Mientras nosotros estamos cómodos y escuchando la Palabra del Señor en una buena silla, hay personas que no saben si van a estar vivas mañana. Pero lo que Pedro les dijo entonces sigue siendo relevante hoy en día: tenemos un oro en nuestro ser que nos da esencia y valor, una herencia viva y real que nadie nos puede quitar. Aunque enfrentemos pruebas y sufrimientos, podemos tener una alegría indescriptible y gloriosa porque nuestra fe nos lleva a la salvación. La vida puede ser difícil y la persecución puede llegar, pero nuestra herencia y nuestra inversión es protegida por la sangre derramada del calvario.El apóstol Pedro se inspira muy peculiarmente en estos momentos en que él escribe, y Pedro le está escribiendo a una Iglesia que está en el medio de la persecución. Y es interesante cómo Pedro se dirige a ellos y lo que encierra su primera Carta, a unas personas que están siendo perseguidas. Y aunque nosotros en el siglo XXI, en la ciudad de Boston, no hemos experimentado este tipo de persecución física como experimentó la primera Iglesia, sí tenemos nuestras propias persecuciones y nuestras propias pruebas.
Y Pedro comienza diciendo en el verso número 3, y voy a leer de la versión Internacional: "Alabado sea Dios, el pueblo está siendo perseguido." Muchos de sus contemporáneos los están matando y Pablo comienza con una salutación.