Situaciones desesperadas necesitan una intervención de Dios
Dr. Roberto Miranda(Audio: Español)
La mujer con el flujo de sangre cambió la agenda del Señor. Lo que hizo la diferencia fue esa gran fe que ella tenía de que el Señor la podía sanar. Cuando nosotros ejercemos ese mismo tipo de fe y de pasión desesperada, y nos atrevemos a tomar riesgos confiando en la misericordia y en el Poder de Dios, Dios siempre está dispuesto a atender nuestra necesidad y nunca nos rechazará porque nos atrevimos a acercarnos a Él.
Aquí en Lucas capítulo 8 en el versículo 43 dice que: "Esta mujer que padecía de flujo de sangre desde hacía 12 años." El flujo de sangre era una aflicción femenina muy terrible, sobre todo en aquéllos tiempos. Era un desangramiento paulatino muy pequeño que hacía que una mujer que no podía detener este fluir leve de sangre en sus partes íntimas primeramente padeciera de una enfermedad muy vergonzosa, en segundo lugar, ese continuo escape de sangre la dejaba muy débil porque se desangraba prácticamente y perdía energía, perdía hemoglobina y perdía fuerza, y por lo tanto era una enfermedad que tenía un efecto muy fuerte sobre el organismo de la persona.