Primero Dios - Riquezas y todo lo demás segundo (Lucas 12:13)
Dr. Roberto MirandaRESUMEN:
Este pasaje del Evangelio de Lucas habla sobre la actitud que debemos tener hacia las posesiones materiales. Jesucristo llama a los hijos de Dios a despojarse del amor y apego excesivo al dinero y a las cosas materiales. La avaricia es un apego excesivo a las cosas materiales, y puede ser una forma de idolatría. La raíz de la avaricia es el egoísmo y el apego excesivo a lo temporal y limitado en vez de adorar al creador. Jesús usa la historia del hombre rico y necio para enfatizar la importancia de la mayordomía y el reconocimiento de que todo lo que tenemos pertenece a Dios. La actitud hacia el dinero y las posesiones materiales determina el nivel de bendición que podemos recibir de Dios. Para experimentar el gozo del Señor, debemos entregarnos totalmente a Él y reconocer su señorío en cada momento y situación de nuestra vida.
El hombre del relato de Lucas 12:16-21 comete varios errores en su forma de pensar y actuar. En primer lugar, se preocupa demasiado por acumular riquezas y posesiones materiales, sin tener en cuenta que estas cosas no lo llenarán ni lo satisfarán verdaderamente. En segundo lugar, tiene una perspectiva horizontal y terrenal, que lo lleva a tomar decisiones basadas en intereses mundanos y efímeros en lugar de buscar la voluntad de Dios. En tercer lugar, no reconoce la fragilidad inherente de la vida y cree que tiene muchos años por delante para disfrutar de sus riquezas.
La enseñanza principal es que debemos buscar en primer lugar el Reino de Dios y su justicia, y confiar en que Dios proveerá para nuestras necesidades. También debemos tener una perspectiva vertical y eterna en nuestras decisiones y acciones, y recordar que nuestra vida es frágil y que debemos encomendarla a Dios. En última instancia, nuestra verdadera felicidad y descanso solo se encuentran en Dios.
El mensaje es acerca de encontrar reposo en Dios y entregando nuestras vidas a Él. El pastor invita a aquellos que no han dado su vida a Jesús a hacerlo en este momento y a confesar a Jesús como su Señor y Salvador. Uno de los presentes da el paso y el pastor ora por él. El mensaje termina con una bendición y agradecimiento a Dios.Evangelio según San Lucas – Capítulo XII, comenzando con el versículo 13: “Le dijo uno de la multitud: “Maestro, di a mi hermano que parta conmigo la herencia.” Mas el le dijo: “Hombre, quien me ha puesto sobre vosotros como hueso partidor y les dijo, mirad y guardaos de toda avaricia porque la vida del hombre no consiste en la abundancia de los bienes que posee.”
También les refirió una parábola diciendo: “La heredad de un hombre rico había producido mucho y el pensaba dentro de sí, qué haré porque no tengo dónde guardar mis frutos y dijo: Esto haré; derribaré mis graneros y los edificaré mayores y allí guardaré todos mis frutos y mis bienes. Y diré a alma: Alma muchos bienes tienes guardados para muchos años. Repósate, come, bebe, regocíjate. Pero Dios le dijo: “Necio, esta noche vienen a pedirte tu alma y lo que has provisto de quién será?” Así es el que hace para sí tesoro y no es rico para con Dios.”