Oración que transforma
Faustino de Jesús Zamora VargasOramos por lo regular para que Dios cambie las cosas y las circunstancias y a menudo ignoramos que la oración, en primer lugar, nos cambia también a nosotros.
La oración nos puede transformar. Nos puede convertir de personas comunes a personas extraordinarias; no para gloria nuestra sino para servir a Dios. Todos nosotros estamos convencidos del poder de la oración, sin embargo, por lo general, somos tardos y pocos diligentes en la forma seguramente más efectiva de comunicarnos con Dios. Juan Wesley dijo una vez: “Dios no hace nada si no es a través de la oración”. Si la santificación dependiera de la oración individual, sería interesante si Dios nos mostrara de vez en cuando, cuánto nos hace falta para ser siervos que oramos como debiéramos. Es posible, incluso, que el proceso de santificación del cristiano pase por períodos de inconsistencia porque no ora. No es que no ore lo suficiente, sino sencillamente, no ora.