Es importante que nuestras oraciones manifiesten un alto nivel de intensidad, compromiso y enfoque
Dr. Roberto MirandaEn el siglo dieciséis, el gran reformador escocés John Knox exclamó al Señor en una de sus oraciones a favor de su nación: "Dame Escocia o me muero!" Ese es el tipo de oración desesperada que Dios se ha complacido en honrar a través de los siglos, y que siempre ha extraído poder de parte del trono de la gracia. A veces Dios permite que nos encontremos contra la espada y la pared
para que se suscite en nosotros la postura de fe concentrada que provoque de parte del cielo la respuesta que esperamos. Frecuentemente, las dilaciones y silencios de Dios forman parte de su trato en nuestras almas, para depurarnos de todo lo que contamina nuestras peticiones y les quita fuerza e intensidad.