Dios bendice a los hijos de oración
Faustino de Jesús Zamora VargasCuando Ud. vea a un cristiano con gozo, tranquilo, tardo para la ira, piadoso y amoroso con su prójimo, puede estar seguro que está en presencia de una persona que ora, que anda en el Espíritu y que permanece en el Señor. El cristiano que vive una vida de oración hermosea su semblante y la paz de Dios se desborda visible en toda su acción.
Una vida de oración transforma la mente y el corazón, afirma la fe y la materializa, haciendo evidente la obra del Espíritu Santo. Oramos al Padre en el nombre del Hijo y cuando hablamos con el Hijo, el Padre está presente y el Espíritu también.