Palabra de vida eterna
Faustino de Jesús Zamora VargasLa Palabra de Dios es el alimento espiritual por excelencia. Cuando echamos mano de la Palabra con superficialidad en cualquier circunstancia, y no tenemos en cuenta los atributos de Dios que nos revelan su corazón paternal, nos puede hacer ver ante los demás como los típicos fariseos modernos que hacen del discurso teológico un bla,bla,bla incapaz de tocar las almas y ministrarlas.
La Palabra que empleamos en nuestras jornadas espirituales debe estar sazonada del conocimiento de un Dios que se ha revelado a la humanidad de manera especial a través de su Hijo Cristo. Debemos conocer los atributos morales de Dios, su fidelidad, su santidad, su inmenso amor. La primera vez que me dijeron: Cuidado, Dios es bueno, pero también es fuego consumidor, me sentí morir. El temor de Dios se convirtió de pronto en terror. La Palabra de Dios debe ser como un manantial que refresca nuestra alma, no debemos sentirla como si viniera de un Dios tirano que desde las alturas nos demanda el seguimiento de reglas y normas y que nos condena cuando hacemos las cosas mal. Debemos saber como cristianos que ya no hay condenación en los que hemos conocido a Cristo y le hemos reconocido como soberano Señor de nuestras vidas Para echar mano de la Palabra de Dios, tenemos primero que conocer a Dios.