No se puede llegar a la grandeza sin antes pasar por el desierto
Dr. Roberto Miranda(Audio: Español)
Debemos ser siervos unos de los otros. En última instancia no importa cuán alto lleguemos en nuestro servicio al Señor, cuánto éxito tengamos o cuánto reconocimiento nos den las personas acerca del buen trabajo que hacemos, siempre tenemos que recordar que somos siervos, somos gente que sirve a los demás. No debemos sentirnos como que somos especiales. Tenemos que retener siempre esa gran humildad cuando servimos a nuestros semejantes.
En el capítulo 20 de Mateo se nos presenta una situación interesante, versículo 20 dice que: "Entonces se le acercó la madre de los hijos de Zebedeo con sus hijos, postrándose ante Él," ante el Señor "y pidiéndole algo. Y el Señor les pregunta: ¿qué quieres? Ella le dijo: ordena que en Tu Reino se sienten estos dos hijos míos, el uno a tu derecha y el otro a tu izquierda."