Mi Dios es consuelo
Milagros García KlibanskyLos seres humanos usualmente culpamos a algo o a alguien de todo lo que nos sucede y lo peor de todo es que a veces nos culpamos a nosotros mismos, sin darnos cuenta de que eso nos hace caer en un círculo vicioso donde el error se convierte en culpa y la culpa nos lleva a cometer nuevos errores y así se prolonga un suplicio que conlleva a la total destrucción de nuestra autoestima.
Los que caminamos de la mano de Dios debemos tener otra óptica. En primer lugar estamos convencidos de que nada escapa de su control y de que su voluntad es la que prima en nuestra vida. Si estamos convencidos de esto, entonces debemos buscar un aprendizaje a través de toda situación.