El abrazo del padre
Milagros García KlibanskyCada día al caer la tarde moríamos un poco, el canto de la reja nos avisaba, el olor a alcohol nos llegaba antes que su presencia y mi madre, que no tenía contención, arremetía contra él con insultos y agresiones. Toda una infancia inmersa en contiendas diarias hasta un día... Fue el día en que mi alma adolescente exclamó - ¡Basta ya!, ¡No soporto más! Y mi dolor explotó en llanto.
¿Te has sentido alguna vez así? ¿Has estado de pie por fuera y derrumbándote por dentro? ¿Alguna vez has escuchado a tu alma gritar su dolor? Si has sentido esto, has tocado fondo, las fuerzas se te acabaron y apenas puedes levantarte para seguir…