Lucas 16:1

: En este sermón, el pastor se centra en el concepto de mayordomía cristiana y la administración correcta de los bienes que Dios nos da. Él habla sobre la necesidad de levantar fondos para construir un nuevo templo y sugiere que si 200 personas en la congregación se comprometen a dar $ 5,000 en dos años, podrían recaudar el millón de dólares necesario para el proyecto. El pastor enfatiza que esto debe hacerse sin manipulación o explotación emocional, sino como un acto de adoración al Señor. También menciona que la visión del nuevo templo es una oportunidad única y gloriosa para la comunidad y anima a la gente a orar y considerar si Dios los llama a ser parte de esta gran visión.

El pastor habla sobre la importancia de ser mayordomos sabios y responsables de los recursos que Dios nos ha dado. También habla sobre la necesidad de planificar para el futuro y de invertir en el Reino de Dios. El pastor alienta a los creyentes a ser dadores alegres y a no dejar que el miedo les impida darle al Señor. Finalmente, el pastor enfatiza que en el futuro se nos pedirá cuentas de lo que hicimos con lo que Dios nos confió, y que debemos estar preparados para rendir cuentas.

Vamos al Evangelio según San Lucas, Capítulo 16, comenzando con el primer versículo. Lo voy a leer en español. Vamos directamente allí ahora. Capítulo 16, versículo 1: “... dijo también a sus discípulos, “había un hombre rico que tenía un mayordomo y éste, es decir el mayordomo, fue acusado ante él como disipador (es decir como haciendo mal uso de sus bienes) entonces el rico le llamó al mayordomo y le dijo: ¿Qué es esto que oigo acerca de ti? Da cuenta de tu mayordomía porque ya no podrás más ser mayordomo. Entonces el mayordomo dijo para sí: ¿qué haré porque mi amo me quita la mayordomía? Cavar no puedo, mendigar me da vergüenza, ah! Ya sé lo que haré, para que cuando se me quite de la mayordomía me reciban en sus casas. Y llamando a cada uno de los deudores de su amo, dijo al primero: ¿cuánto debes a mi amo? El dijo: “cien barriles de aceite”, y le dijo: “toma tu cuenta, siéntate pronto y escribe 50”. Después dijo a otro: “¿y tu cuánto debes?”, y él dijo: “100 medidas de trigo”. El le dijo: “toma tu cuenta y escribe 80”. Y alabó el amo al mayordomo malo por haber hecho sagazmente porque los hijos de este siglo son más sagaces en el trato con sus semejantes que los hijos de la luz. Y yo os digo ganad amigos por medio de las riquezas injustas para que cuando éstas falten os reciban en las moradas eternas. El que es fiel en lo muy poco, también en lo más es fiel. Y el que en lo muy poco es injusto también en lo más es injusto, pues si en las riquezas injustas no fuisteis fieles, ¿quién os confiará lo verdadero? Y si en lo ajeno no fuisteis fieles, ¿quién os dará lo que es vuestro? Ningún siervo puede servir a dos señores porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o estimará al uno y menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas”. Bendiga el Señor su santa palabra. De sabiduría para exponerla.

La última vez que prediqué inicié casi informalmente una serie de mensajes sobre el concepto de mayordomía. Voy a continuar con esto como parte de lo que va a ser una especie de campaña financiera hacia levantar los fondos para nuestro templo. Lo que queremos por medio de esta campaña financiera, no es solamente obtener un dinero de parte de ustedes, y de nosotros también, porque yo también soy parte de eso, todos los líderes de esta iglesia son parte este proceso. Queremos también enriquecer sus vidas, nuestras vidas con una reflexión acerca de lo que es la mayordomía cristiana, lo que es la administración correcta de los bienes que el Señor pone en nuestras manos.