El gozo del Señor es tu fuerza
Samuel Acevedo
(Audio: Español)
RESUMEN: En Romanos 14:17, el Apóstol Pablo declara que el Reino de Dios no es comida ni bebida, sino justicia, paz y gozo en el Espíritu Santo. En otras palabras, Dios quiere que experimentemos su justicia en nuestras vidas, que vivamos en paz y que tengamos gozo en el Espíritu Santo. En Nehemías 8, vemos un avivamiento en la comunidad donde el pueblo se acercó a los escribas y a los sacerdotes y les pidieron que les enseñaran la Palabra de Dios. El Espíritu Santo abrió sus mentes y corazones, y el pueblo lloró al darse cuenta de su necesidad de Dios. Nehemías les dijo que no se entristecieran, sino que comieran y bebieran, porque el gozo del Señor era su fuerza. Satanás quiere atacar nuestro gozo, pero sin él, nos volvemos inefectivos en la obra de Dios. Por lo tanto, es importante que busquemos vivir en justicia,
El gozo del Señor es importante porque sin él, Satanás puede quitarnos la efectividad en nuestra vida cristiana y llenar el mundo de cristianos agrios y reacios. Hay que proteger el gozo del Señor celosamente. Tres consejos para ayudar a incrementar el gozo del Señor: recordar siempre que Cristo nos ama, no permitir que las pruebas nos sorprendan y celebrar delante del Señor, lo cual es una disciplina espiritual. Un testimonio de cómo el autor aprendió la importancia de celebrar delante del Señor.
El orador anima a la congregación a celebrar y agradecer a Dios por sus bendiciones, incluso antes de ver su mano en acción. Invita a los presentes a cambiar su enfoque de la petición a la gratitud y la celebración. Pide que compartan en voz alta las bendiciones recibidas de Dios y lo alaben por su bondad. Termina con una oración pidiendo que Dios restaure el gozo de la salvación y declara que la iglesia y el pueblo recobrarán su fuerza delante del Señor.
El gozo del Señor es importante porque sin él, Satanás puede quitarnos la efectividad en nuestra vida cristiana y llenar el mundo de cristianos agrios y reacios. Hay que proteger el gozo del Señor celosamente. Tres consejos para ayudar a incrementar el gozo del Señor: recordar siempre que Cristo nos ama, no permitir que las pruebas nos sorprendan y celebrar delante del Señor, lo cual es una disciplina espiritual. Un testimonio de cómo el autor aprendió la importancia de celebrar delante del Señor.
El orador anima a la congregación a celebrar y agradecer a Dios por sus bendiciones, incluso antes de ver su mano en acción. Invita a los presentes a cambiar su enfoque de la petición a la gratitud y la celebración. Pide que compartan en voz alta las bendiciones recibidas de Dios y lo alaben por su bondad. Termina con una oración pidiendo que Dios restaure el gozo de la salvación y declara que la iglesia y el pueblo recobrarán su fuerza delante del Señor.
Hermanos, vamos a abrir la palabra a Romanos Capítulo 14. Cuántos se gozan de estar en la casa de Dios? Amén. Cuántos se sienten gozo por estar en la casa de Dios? Gloria a Dios. Amén. Entonces, todo el punto, la razón, hermanos, estamos en buenas manos porque es precisamente eso lo que quiere Dios con nuestras vidas. Hermanos, no sé qué le trajo a la casa del Señor, y el Señor usa un sin número de maneras y de patrones para traernos hasta acá. Pero sepan que el Señor quiere algo contigo también. Usted desea algo del Señor, pero algo desea Dios contigo. Al final de este proceso aquellos que caminan en el Señor, el Señor quiere que usted llegue a un fin muy claro, ese es el deseo de su corazón.
Y en el nombre de Jesús pedimos que todos los que estén aquí caminando en los caminos del Señor, todos los que nos siguen por el internet, todos aquellos que llaman a Jesucristo su Señor, nuestra oración es que sus vidas se semejen a esta palabra, a esta declaración. Romanos, Capítulo 14, versículo 17, ahí estaremos solo por una introducción y luego nos pasaremos a Nehemías, el libro de Nehemías, Capítulo 8. Pero esta palabra declara:
Y en el nombre de Jesús pedimos que todos los que estén aquí caminando en los caminos del Señor, todos los que nos siguen por el internet, todos aquellos que llaman a Jesucristo su Señor, nuestra oración es que sus vidas se semejen a esta palabra, a esta declaración. Romanos, Capítulo 14, versículo 17, ahí estaremos solo por una introducción y luego nos pasaremos a Nehemías, el libro de Nehemías, Capítulo 8. Pero esta palabra declara:
