Construyendo grandes vidas, no grandes iglesias
Brandt Gillespie(Audio: Inglés)
RESUMEN:
En este texto se reflexiona sobre el capítulo 3 de Colosenses y se destaca la importancia de reconocer que Dios está obrando en cada uno de nosotros a través del proceso dondequiera que estemos, día tras día, ya sea que lo identifiquemos, lo reconozcamos y nos abramos a él o no. También se enfatiza en la idea de que todos somos llamados en varios entornos de servicio y somos ministros del evangelio del Señor Jesucristo, todo el tiempo, y no se basa en una escalera eclesiástica, en algún tipo de jerarquía jerárquica. Además, se destaca la importancia de vivir nuestra vida de fe en nuestros hogares y en el lugar donde trabajamos. En resumen, se nos invita a vivir una vida que tenga significado, valor y significado que comunique la vida de Cristo a nuestra familia, primero, a nuestros compañeros de trabajo y a nuestros círculos de amistad.
El viaje misionero no es solo ir a lugares lejanos, sino también ser misioneros en nuestro entorno diario. Es importante desarrollar amistades y relaciones con personas fuera del círculo de la iglesia para poder compartir nuestras vidas y valores con ellos. El plan de Dios es hacer crecer a las personas, pero el liderazgo ha utilizado a las personas como bienes fungibles para lograr su visión, en lugar de comprender el corazón de Dios para su pueblo y entregar sus vidas con amor para el crecimiento y desarrollo del pueblo de Dios. Aunque queremos ser usados por Dios, nadie quiere ser utilizado por la gente.
En este discurso, el orador reflexiona sobre la importancia del liderazgo confiable y cómo puede sabotear los planes de Dios cuando no está presente. La Biblia ofrece advertencias severas a los pastores que no cuidan de su rebaño, mientras que Pablo muestra amor y anhelo por las iglesias que ha ayudado a formar. El orador enfatiza que la iglesia debe ser un lugar donde las personas puedan crecer y madurar, y que el proceso de pulir y moldear a las personas puede ser incómodo pero es necesario para convertirse en lo que Dios quiere que sean. Finalmente, el orador pide a Dios que trabaje en ellos y en la iglesia para que crezcan y se fortalezcan en humildad y disposición para seguir su voluntad.En un texto principal al que nos basaremos del capítulo 3 de Colosenses. Ya sabes, la realidad es que no importa mucho si hablo. Eso no es para minimizar la articulación de la palabra de Dios, en realidad es simplemente para darle la misión al hecho de que salteamos la vida de los demás con solo el sentido de presencia, con la interacción que ocurre entre nosotros, solo frotándonos los hombros, por pistas y miradas y señales sutiles.
Es un privilegio poder dar voz a la palabra de Dios, pero tenemos la oportunidad y la realidad es que tenemos el privilegio de hacerlo todos los días, y ya sea persona y probablemente voy a cortar algunos granos en algunas de las cosas que estoy diciendo, le pido que prepare su espíritu, prepare su corazón para que no sea algo que pueda frotar groseramente de la manera incorrecta, porque no no quiero eso. Eso no es lo que hay en mi alma o en mi corazón.