Sermon clásico #6065: Una fe vital
Dr. Roberto Miranda
(Audio: Español)
RESUMEN: En este estudio de la Epístola a los Colosenses, Pablo enfatiza la centralidad de Jesucristo en nuestra vida espiritual. Advierte sobre las falsas doctrinas que pueden apartarnos de esa sana espiritualidad y nos insta a estar arraigados en Cristo y en la fe que hemos recibido. Destaca la obra que Cristo ha completado por nosotros en la cruz, incluyendo la liberación de la esclavitud del pecado, el perdón de nuestros pecados y la eliminación de la orden de arresto que había en nuestra contra. También señala cómo Cristo despojó a los principados y potestades, quitándoles el control sobre nuestras vidas. Todo esto nos lleva a buscar las cosas de arriba y a poner nuestra mirada en Cristo, el fundamento de nuestra fe y espiritualidad.
En este sermón, el pastor habla sobre la libertad que Cristo ha alcanzado para nosotros, y cómo debemos reflejar ese valor en nuestra vida como cristianos y como iglesia. El pastor se refiere a la carta de Pablo a los colosenses y destaca la importancia de no dejarnos juzgar por una religión legalista, y de no caer en el ritualismo de fechas, comidas y bebidas. También advierte sobre la tentación de buscar seres intermedios para llegar a Dios, en lugar de ir directamente a Él a través de Cristo. El pastor hace hincapié en que la libertad es el logro primordial de Cristo a favor nuestro, y que nuestra vida debe reflejar esa libertad, evitando usarla como una excusa para la carne y sirviéndonos los unos a los otros por amor. El pastor compara la diferencia entre un niño que crece en un hogar de amor y aceptación, con uno que crece en un ambiente represivo y condenatorio, y cómo esto puede influir en su comportamiento social.
El pastor habla sobre la importancia de encontrar un equilibrio en nuestra vida espiritual, evitando tanto el libertinaje como la represión. También enfatiza la importancia de evitar la religión muerta y formalista, y en su lugar cultivar una espiritualidad que refleje la vitalidad y el fervor de Dios en nuestras vidas. La vida cristiana no debe ser simplemente un ritual, sino una experiencia viva y transformadora en la presencia de Dios. Cuando sentimos que estamos perdiendo ese fuego, debemos tomar medidas para buscar la presencia de Dios y avivar ese fuego en nuestras vidas.
Cuando sentimos que estamos perdiendo el fuego del Señor en nuestras vidas, debemos tomar la decisión de buscarlo de nuevo. No debemos conformarnos con una espiritualidad ritual o formalista, sino buscar un enamoramiento constante por nuestro Señor. La vida cristiana debe ser celebratoria, vital y gozosa, siempre examinando y renovando nuestras bases de fe en Cristo Jesús. No nos sujetemos a leyes o sistemas de hombres, sino vayamos directamente a Dios para que Él renueve nuestro entendimiento día a día.
En este sermón, el pastor habla sobre la libertad que Cristo ha alcanzado para nosotros, y cómo debemos reflejar ese valor en nuestra vida como cristianos y como iglesia. El pastor se refiere a la carta de Pablo a los colosenses y destaca la importancia de no dejarnos juzgar por una religión legalista, y de no caer en el ritualismo de fechas, comidas y bebidas. También advierte sobre la tentación de buscar seres intermedios para llegar a Dios, en lugar de ir directamente a Él a través de Cristo. El pastor hace hincapié en que la libertad es el logro primordial de Cristo a favor nuestro, y que nuestra vida debe reflejar esa libertad, evitando usarla como una excusa para la carne y sirviéndonos los unos a los otros por amor. El pastor compara la diferencia entre un niño que crece en un hogar de amor y aceptación, con uno que crece en un ambiente represivo y condenatorio, y cómo esto puede influir en su comportamiento social.
El pastor habla sobre la importancia de encontrar un equilibrio en nuestra vida espiritual, evitando tanto el libertinaje como la represión. También enfatiza la importancia de evitar la religión muerta y formalista, y en su lugar cultivar una espiritualidad que refleje la vitalidad y el fervor de Dios en nuestras vidas. La vida cristiana no debe ser simplemente un ritual, sino una experiencia viva y transformadora en la presencia de Dios. Cuando sentimos que estamos perdiendo ese fuego, debemos tomar medidas para buscar la presencia de Dios y avivar ese fuego en nuestras vidas.
Cuando sentimos que estamos perdiendo el fuego del Señor en nuestras vidas, debemos tomar la decisión de buscarlo de nuevo. No debemos conformarnos con una espiritualidad ritual o formalista, sino buscar un enamoramiento constante por nuestro Señor. La vida cristiana debe ser celebratoria, vital y gozosa, siempre examinando y renovando nuestras bases de fe en Cristo Jesús. No nos sujetemos a leyes o sistemas de hombres, sino vayamos directamente a Dios para que Él renueve nuestro entendimiento día a día.
Vamos a continuar con nuestro estudio de la Epístola a los Colosenses. Colosenses 2:13, capítulo 3, versículo 4. Estamos estudiando esta epístola y yendo parte por parte, tiene unas enseñanzas preciosas acerca de la persona de Jesús y la centralidad de Jesucristo, y este pasaje que vamos a estudiar hoy continúa con ese enfoque Cristo céntrico que le da Pablo a esta epístola dice Colosenses 2:13,
“… Y a vosotros estando muertos en pecados y en la incircuncisión de vuestra carne os dio vida juntamente con él perdonándoos todos los pecados, anulando el acto de los decretos que había contra nosotros que nos era contraria, quitándola de en medio y clavándola en la cruz. Y despojando a los principados y a las potestades los exhibió públicamente triunfando sobre ellos en la cruz. Por tanto, nadie os juzgue en comida o en bebida o en cuanto a días de fiestas, luna nueva, o días de reposo, todo lo cual es sombra de lo que ha de venir.
“… Y a vosotros estando muertos en pecados y en la incircuncisión de vuestra carne os dio vida juntamente con él perdonándoos todos los pecados, anulando el acto de los decretos que había contra nosotros que nos era contraria, quitándola de en medio y clavándola en la cruz. Y despojando a los principados y a las potestades los exhibió públicamente triunfando sobre ellos en la cruz. Por tanto, nadie os juzgue en comida o en bebida o en cuanto a días de fiestas, luna nueva, o días de reposo, todo lo cual es sombra de lo que ha de venir.
