En el espíritu también fue y predicó a los espíritus encarcelados,
(1 Peter 3:19)
quienes en otro tiempo fueron desobedientes cuando la paciencia de Dios esperaba en los días de Noé durante la construcción del arca, en la cual unos pocos, es decir, ocho personas, fueron salvadas por medio del agua.
(1 Peter 3:20)
Y correspondiendo a esto, el bautismo ahora los salva a ustedes, no quitando la suciedad de la carne, sino como una petición a Dios de una buena conciencia, mediante la resurrección de Jesucristo,
(1 Peter 3:21)
quien está a la diestra de Dios, habiendo subido al cielo después de que Le habían sido sometidos ángeles, autoridades y potestades.
Por tanto, puesto que Cristo ha padecido en la carne, ármense también ustedes con el mismo propósito, pues quien ha padecido en la carne ha terminado con el pecado,
(1 Peter 4:1)
para vivir el tiempo que le queda en la carne, ya no para las pasiones humanas, sino para la voluntad de Dios.
(1 Peter 4:2)
Porque el tiempo ya pasado les es suficiente para haber hecho lo que agrada a los Gentiles, habiendo andado en sensualidad, lujurias, borracheras, orgías, embriagueces, y abominables idolatrías.
(1 Peter 4:3)
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¿Quién es el que condena? Cristo Jesús es el que murió, sí, más aún, el que resucitó, el que además está a la diestra de Dios, el que también intercede por nosotros.
(Romans 8:34)
Pues David mismo dice en el Libro de los Salmos: EL SEÑOR DIJO A MI SEÑOR: 'SIENTATE A MI DIESTRA,
(Luke 20:42)
David mismo dijo por el Espíritu Santo: 'EL SEÑOR DIJO A MI SEÑOR: "SIENTATE A MI DIESTRA, HASTA QUE PONGA A TUS ENEMIGOS DEBAJO DE TUS PIES."'"
(Mark 12:36)
Porque estoy convencido de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni lo presente, ni lo por venir, ni los poderes,
(Romans 8:38)
que les dijeron: "Varones Galileos, ¿por qué están mirando al cielo? Este mismo Jesús, que ha sido tomado de ustedes al cielo, vendrá de la misma manera, tal como Lo han visto ir al cielo."
(Acts 1:11)
El es el resplandor de Su gloria y la expresión (representación) exacta de Su naturaleza, y sostiene todas las cosas por la palabra de Su poder. Después de llevar a cabo la purificación de los pecados, el Hijo se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas,
(Hebrews 1:3)
Ahora bien, el punto principal de lo que se ha dicho es éste: tenemos tal Sumo Sacerdote, que se ha sentado a la diestra del trono de la Majestad en los cielos,
(Hebrews 8:1)
A El el cielo debe recibir hasta el día de la restauración de todas las cosas, acerca de lo cual Dios habló por boca de Sus santos profetas desde tiempos antiguos.
(Acts 3:21)
Pero, ¿a cuál de los ángeles jamás ha dicho Dios: "SIENTATE A MI DIESTRA HASTA QUE PONGA A TUS ENEMIGOS POR ESTRADO DE TUS PIES?"
(Hebrews 1:13)
Entonces vendrá el fin, cuando El entregue el reino al Dios y Padre, después que haya terminado con todo dominio y toda autoridad y poder.
(1 Corinthians 15:24)
DIJO EL SEÑOR A MI SEÑOR: "SIENTATE A MI DIESTRA, HASTA QUE PONGA A TUS ENEMIGOS DEBAJO DE TUS PIES"'?
(Matthew 22:44)
Porque Cristo (el Mesías) no entró en un lugar santo hecho por manos, una representación del verdadero, sino en el cielo mismo, para presentarse ahora en la presencia de Dios por nosotros,
(Hebrews 9:24)
adonde Jesús entró por nosotros como precursor, hecho, según el orden de Melquisedec, Sumo Sacerdote para siempre.
(Hebrews 6:20)
Pero Cristo, habiendo ofrecido un solo sacrificio por los pecados para siempre, SE SENTO A LA DIESTRA DE DIOS,
(Hebrews 10:12)
Porque David no ascendió a los cielos, pero él mismo dice: 'DIJO EL SEÑOR A MI SEÑOR: "SIENTATE A MI DIESTRA,
(Acts 2:34)
Salmo de David. Dice el SEÑOR a mi Señor: "Siéntate a Mi diestra, Hasta que ponga a Tus enemigos por estrado de Tus pies."
(Psalm 110:1)
puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, quien por el gozo puesto delante de El soportó la cruz, despreciando la vergüenza, y se ha sentado a la diestra del trono de Dios.
(Hebrews 12:2)
Si ustedes, pues, han resucitado con Cristo, busquen las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios.
(Colossians 3:1)
Entonces, el Señor Jesús, después de hablar con ellos, fue recibido en el cielo y se sentó a la diestra de Dios.
(Mark 16:19)
Ese poder obró en Cristo cuando Lo resucitó de entre los muertos y Lo sentó a Su diestra en los lugares celestiales,
(Ephesians 1:20)