Todas las multitudes que se habían reunido para presenciar este espectáculo, al observar lo que había acontecido, se volvieron golpeándose el pecho.
(Luke 23:48)
Pero todos los conocidos de Jesús y las mujeres que Lo habían acompañado desde Galilea, estaban a cierta distancia viendo estas cosas.
(Luke 23:49)
Había un hombre llamado José, miembro del Concilio (Sanedrín), varón bueno y justo,
(Luke 23:50)
el cual no había estado de acuerdo con el plan y el proceder de los demás, que era de Arimatea, ciudad de los Judíos, y que esperaba el reino de Dios.
Este fue a Pilato y le pidió el cuerpo de Jesús,
(Luke 23:52)
y bajándolo, lo envolvió en un lienzo de lino, y lo puso en un sepulcro excavado en la roca donde nadie había sido puesto todavía.
(Luke 23:53)
Era el día de la preparación, y estaba para comenzar el día de reposo.
(Luke 23:54)
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Luke 23:51 - Cross Reference
Entonces se dijeron el uno al otro: "Verdaderamente somos culpables en cuanto a nuestro hermano, porque vimos la angustia de su alma cuando nos rogaba, y no lo escuchamos, por eso ha venido sobre nosotros esta angustia."
(Genesis 42:21)
¡Tu salvación espero, oh Señor!
(Genesis 49:18)
vino José de Arimatea, miembro prominente del Concilio (Sanedrín), que también esperaba el reino de Dios; y llenándose de valor, entró adonde estaba Pilato y le pidió el cuerpo de Jesús.
(Mark 15:43)
No digan ustedes: 'Es conspiración,' A todo lo que este pueblo llama conspiración, Ni teman lo que ellos temen, ni se aterroricen.
(Isaiah 8:12)
No seguirás a la multitud para hacer el mal, ni testificarás en un pleito inclinándote a la multitud para pervertir la justicia .
(Exodus 23:2)
Hijo mío, si los pecadores te quieren seducir, No consientas.
(Proverbs 1:10)
Y añadió: "Jesús, acuérdate de mí cuando vengas en Tu reino."
(Luke 23:42)
Llegando ella en ese preciso momento, daba gracias a Dios y hablaba del Niño a todos los que esperaban la redención de Jerusalén.
(Luke 2:38)
Había en Jerusalén un hombre que se llamaba Simeón. Este hombre, justo y piadoso, esperaba la consolación de Israel, y el Espíritu Santo estaba sobre él.
(Luke 2:25)
Había un hombre de Ramataim de Zofim, de la región montañosa de Efraín, que se llamaba Elcana, hijo de Jeroham, hijo de Eliú, hijo de Tohu, hijo de Zuf, el Efrateo.
(1 Samuel 1:1)
Pero Rubén oyó esto y lo libró de sus manos, y dijo: "No le quitemos la vida."
(Genesis 37:21)