Dios habla hoy lunes, 20 de noviembre 2023
Y una mujer de las mujeres de los hijos de los profetas clamó a Eliseo, diciendo: "Su siervo, mi marido, ha muerto, y usted sabe que su siervo temía al SEÑOR; y ha venido el acreedor a tomar a mis dos hijos para esclavos suyos."
(2 Reyes 4:1)¿Y no hará Dios justicia a Sus escogidos, que claman a El día y noche? ¿Se tardará mucho en responderles?
(Lucas 18:7) Un clamor a nivel de rojo vivo
El primer pasaje que se va a meditar es el de Eliseo en su encuentro con una viuda que le pide ayuda después que su esposo ha muerto. Esta mujer se acerca al profeta Eliseo y dice la Biblia que esta hija de los profetas clamó a Eliseo, diciéndole: "Tu siervo, mi marido, ha muerto, y tú sabes que tu siervo era temeroso de Jehová. Y ha venido el acreedor para tomarse dos hijos míos por siervos." Esta mujer se acerca al profeta Eliseo con una situación muy urgente. Acaba de enviudar y su esposo que era un hombre de Dios no le ha dejado ningún tipo de recursos económicos, y los acreedores están a la puerta para quitarle sus dos hijos. La reflexión instintiva del creyente cuando se encuentra en situaciones de dificultad debe ser primeramente ir al Padre Celestial y poner el proceso que está viviendo delante del Señor, y pedir que Él santifique ese proceso, y se involucre en proveer una solución.
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Referencia Cruzada
Clamaban a gran voz: "¿Hasta cuándo, oh Señor santo y verdadero, esperarás para juzgar y vengar nuestra sangre de los que moran en la tierra?"
(Apocalipsis 6:10)Cántico. Salmo de los hijos de Coré. Para el director del coro; sobre Mahalat Leannot. Masquil de Hemán el Ezraíta. Oh SEÑOR, Dios de mi salvación, De día y de noche he clamado delante de Ti.
(Salmos 88:1)Entonces los hijos de los profetas que estaban en Betel salieron al encuentro de Eliseo y le dijeron: "¿Sabes que hoy el SEÑOR va a quitarte a tu señor?" Y él dijo: "Sí, yo lo sé; cállense."
(2 Reyes 2:3)El Señor no se tarda en cumplir Su promesa, según algunos entienden la tardanza, sino que es paciente para con ustedes, no queriendo que nadie perezca, sino que todos vengan al arrepentimiento.
(2 Pedro 3:9)Comentarios: