Nueva Biblia Latinoamericana
El profeta Eliseo llamó a uno de los hijos de los profetas, y le dijo: "Prepárate, toma este frasco de aceite en tu mano y ve a Ramot de Galaad. (2 Reyes 9:1)
Cuando llegues allá, busca a Jehú, hijo de Josafat, hijo de Nimsi. Entra y haz que se levante de entre sus hermanos, y llévalo a un aposento interior. (2 Reyes 9:2)
Entonces toma el frasco de aceite, derrámalo sobre su cabeza, y dile: 'Así dice el SEÑOR: "Yo te he ungido rey sobre Israel.'" Abre luego la puerta y huye, no esperes." (2 Reyes 9:3)
El joven, el siervo del profeta, fue a Ramot de Galaad.
Cuando llegó allá los capitanes del ejército estaban sentados, y él dijo: "Capitán, tengo un mensaje para ti." Y Jehú dijo: "¿Para cuál de nosotros?" Y él dijo: "Para ti, capitán." (2 Reyes 9:5)
Entonces Jehú se levantó y entró en la casa, y el joven derramó el aceite sobre su cabeza y le dijo: "Así dice el SEÑOR, Dios de Israel: 'Yo te he ungido rey sobre el pueblo del SEÑOR, sobre Israel. (2 Reyes 9:6)
Tú herirás la casa de Acab tu señor, para que Yo cobre venganza por la sangre de Mis siervos los profetas, y la sangre de todos los siervos del SEÑOR derramada por mano de Jezabel. (2 Reyes 9:7)

Otras publicaciones relacionadas con "2 Reyes 9:4":

Susan Combs
Sal de la cueva
Lección sobre la importancia de reconocer nuestros errores y tener una relación íntima con Dios, basada en la historia de Elías en 1 Reyes 18-19.


Dr. Roberto Miranda
Apriétanos las tuercas
El predicador habla sobre la importancia de creer en la palabra profética de Dios y seguir su llamado, incluso en momentos de incertidumbre y miedo. El autor también cree que Dios está levantando apóstoles y profetas en este tiempo para guiar a la iglesia y que la iglesia debe discernir y seguir la palabra de Dios a través de ellos.


2 Reyes 9:4 - Referencia Cruzada