Nueva Biblia Latinoamericana
Y ella dijo a su marido: "Ahora entiendo que éste que siempre pasa por nuestra casa, es un santo hombre de Dios. (2 Reyes 4:9)
Te ruego que hagamos un pequeño aposento alto, con paredes, y pongamos allí para él una cama, una mesa, una silla y un candelero; y cuando venga a nosotros, se podrá retirar allí." (2 Reyes 4:10)
Y un día que Eliseo vino por allí, se retiró al aposento alto y allí se acostó. (2 Reyes 4:11)
Después dijo a Giezi su criado: "Llama a esta Sunamita." Y cuando la llamó, ella se presentó delante de él.
Entonces Eliseo le dijo a Giezi: "Dile ahora: 'Ya que te has preocupado por nosotros con todo este cuidado, ¿qué puedo hacer por ti? ¿Quieres que hable por ti al rey o al jefe del ejército?'" Y ella respondió: "Yo vivo en medio de mi pueblo." (2 Reyes 4:13)
Eliseo entonces preguntó: "¿Qué, pues, se puede hacer por ella?" Y Giezi respondió: "En verdad ella no tiene ningún hijo y su marido es viejo." (2 Reyes 4:14)
Y Eliseo dijo: "Llámala." Cuando él la llamó, ella se detuvo a la entrada. (2 Reyes 4:15)

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2 Reyes 4:12 - Referencia Cruzada

Y dijo a su criado: "Sube ahora, y mira hacia el mar." Y él subió, miró y dijo: "No hay nada." Y Elías dijo siete veces: "Vuelve a mirar." (1 Reyes 18:43)
Pero Giezi, criado de Eliseo, el hombre de Dios, dijo para sí: "Puesto que mi señor ha dispensado a este Naamán Arameo al no recibir de sus manos lo que él trajo, vive el SEÑOR que correré tras él y tomaré algo de él." (2 Reyes 5:20)
Pero Josafat dijo: "¿No hay aquí un profeta del SEÑOR para que consultemos al SEÑOR por medio de él?" Y uno de los siervos del rey de Israel respondió: "Aquí está Eliseo, hijo de Safat, el que vertía agua en las manos de Elías." (2 Reyes 3:11)
El rey estaba hablando con Giezi, criado del hombre de Dios, diciéndole: "Te ruego que me cuentes todas las grandes cosas que ha hecho Eliseo." (2 Reyes 8:4)
Al llegar a Salamina, proclamaban la palabra de Dios en las sinagogas de los Judíos; y tenían también a Juan de ayudante. (Hechos 13:5)
Entonces Eliseo dijo a Giezi: "Prepárate, toma mi báculo en tu mano, y vete. Si encuentras a alguien, no lo saludes, y si alguien te saluda, no le respondas, y pon mi báculo sobre el rostro del niño." (2 Reyes 4:29)
Elías tuvo miedo, y se levantó y se fue para salvar su vida; y vino a Beerseba de Judá y dejó allí a su criado, (1 Reyes 19:3)