Nueva Biblia Latinoamericana
Clamaron, pero no hubo quién los salvara; Aun al SEÑOR clamaron, mas no les respondió. (2 Samuel 22:42)
Entonces los pulvericé, como polvo de la tierra, Como lodo de las calles los trituré y los pisé. (2 Samuel 22:43)
Tú me has librado también de las contiendas de mi pueblo; Me has guardado para ser cabeza de naciones; Pueblo que yo no conocía me sirve. (2 Samuel 22:44)
Los extranjeros me fingen obediencia, Al oírme, me obedecen.
Los extranjeros desfallecen, Y salen temblando de sus fortalezas. (2 Samuel 22:46)
El SEÑOR vive, bendita sea mi roca, Y ensalzado sea Dios, roca de mi salvación, (2 Samuel 22:47)
El Dios que por mí hace venganza, Y hace caer pueblos debajo de mí; (2 Samuel 22:48)

Otras publicaciones relacionadas con "2 Samuel 22:45":

Fabiana Manzewitsch
La obra extraña del Señor
En este artículo se habla sobre la obra extraña de Dios y cómo Él puede llevarnos a situaciones incómodas para obrar en nosotros. Se destacan dos pasajes bíblicos donde se enfatiza la importancia de la adoración y la sensibilidad a los vientos del Espíritu. El predicador anima a la congregación a buscar la presencia de Dios y estar atentos a Sus nuevas estrategias.


Isaías Rivera
¿De dónde viene mi socorro?
Reflexión sobre la confianza en Dios en momentos difíciles a través del pasaje de Isaías 40:25-31. author: Isaías Rivera, title: ¿De dónde viene mi socorro?, summary: El pasaje de Isaías 40:25-31 habla sobre la duda y la pregunta de dónde está Dios cuando las cosas no van bien en nuestras vidas. Isaías les recuerda al pueblo judío que Dios es el Dios eterno y que su poder es insondable. Debemos confiar en el Señor y esperar en Él, ya que si creemos en Él, Él renovará nuestras fuerzas y nos permitirá volar como las águilas. No estamos solos, el Dios eterno está con nosotros.


2 Samuel 22:45 - Referencia Cruzada

Al oírme, me obedecen; Los extranjeros me fingen obediencia. (Salmos 18:44)
Dichoso tú, Israel. ¿Quién como tú, pueblo salvado por el SEÑOR? El es escudo de tu ayuda, Y espada de tu gloria. Tus enemigos simularán someterse ante ti, Y tú pisotearás sus lugares altos." (Deuteronomio 33:29)
Que el extranjero que se ha allegado al SEÑOR, no diga: "Ciertamente el SEÑOR me separará de Su pueblo." Ni diga el eunuco: "Soy un árbol seco." (Isaías 56:3)
Y aun Simón mismo creyó; y después de bautizarse, continuó con Felipe, y estaba atónito al ver las señales y los grandes milagros que se hacían. (Hechos 8:13)
Y a los extranjeros que se unan al SEÑOR Para servirle, y para amar el nombre del SEÑOR, Para ser Sus siervos, a todos los que guardan el día de reposo sin profanarlo, Y se mantienen firmes en Mi pacto, (Isaías 56:6)
Los que aborrecen al SEÑOR Le fingirían obediencia, Y el tiempo de su castigo sería para siempre. (Salmos 81:15)
No tienes parte ni suerte en este asunto (esta enseñanza), porque tu corazón no es recto delante de Dios. (Hechos 8:21)
Digan a Dios: "¡Cuán portentosas son Tus obras! Por la grandeza de Tu poder, Tus enemigos fingirán que Te obedecen. (Salmos 66:3)