Nueva Biblia Latinoamericana
Y él respondió: "Mientras el niño aún vivía, yo ayunaba y lloraba, pues me decía: '¿Quién sabe si el SEÑOR tendrá compasión de mí y el niño viva?' (2 Samuel 12:22)
Pero ahora que ha muerto, ¿por qué he de ayunar? ¿Podré hacer que vuelva? Yo iré a él, pero él no volverá a mí." (2 Samuel 12:23)
Entonces David consoló a Betsabé su mujer, y vino a ella y se acostó con ella; y ella dio a luz un hijo; y él le puso por nombre Salomón. Y el SEÑOR lo amó, (2 Samuel 12:24)
y envió un mensaje por medio del profeta Natán, y le puso el nombre de Jedidías, por causa del SEÑOR.
Joab combatió contra Rabá, ciudad de los Amonitas, y conquistó la ciudad real. (2 Samuel 12:26)
Entonces Joab envió mensajeros a David que le dijeran: "He combatido contra Rabá, y también he tomado la ciudad de las aguas. (2 Samuel 12:27)
Ahora pues, reúna el resto del pueblo y acampe contra la ciudad y tómela, no sea que tome yo la ciudad y sea llamada por mi nombre." (2 Samuel 12:28)

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2 Samuel 12:25 - Referencia Cruzada

Y se oyó una voz de los cielos que decía: "Este es Mi Hijo amado en quien Me he complacido." (Mateo 3:17)
Y le informaron al rey: "Aquí está el profeta Natán." Cuando éste entró a la presencia del rey, se postró ante el rey rostro en tierra. (1 Reyes 1:23)
Y esa misma noche la palabra del SEÑOR vino a Natán: (2 Samuel 7:4)
Entonces el SEÑOR envió a Natán a David. Y Natán vino a él y le dijo: "Había dos hombres en una ciudad, el uno rico, y el otro pobre. (2 Samuel 12:1)
Entonces Natán habló a Betsabé, madre de Salomón y dijo: "¿No has oído que Adonías, hijo de Haguit, se ha hecho rey y que David nuestro señor no lo sabe? (1 Reyes 1:11)
¿No pecó por esto Salomón, rey de Israel? Sin embargo, entre tantas naciones no hubo rey como él, y era amado por su Dios, y Dios le había hecho rey sobre todo Israel; pero aún a él le hicieron pecar las mujeres extranjeras. (Nehemías 13:26)
Mientras estaba aún hablando, una nube luminosa los cubrió; y una voz salió de la nube, diciendo: "Este es Mi Hijo amado en quien Yo estoy complacido; óiganlo a El." (Mateo 17:5)