Nueva Biblia Latinoamericana
Pero ellos dijeron: "No podemos, hasta que se junten todos los rebaños y quiten la piedra de la boca del pozo. Entonces daremos de beber a las ovejas." (Génesis 29:8)
Todavía estaba él hablando con ellos, cuando llegó Raquel con las ovejas de su padre, pues ella era pastora. (Génesis 29:9)
Cuando Jacob vio a Raquel, hija de Labán, hermano de su madre, y las ovejas de Labán, hermano de su madre, Jacob subió y quitó la piedra de la boca del pozo, y dio de beber al rebaño de Labán, hermano de su madre. (Génesis 29:10)
Entonces Jacob besó a Raquel, y alzó su voz y lloró.
Jacob hizo saber a Raquel que él era pariente de su padre, y que era hijo de Rebeca. Y ella corrió y se lo hizo saber a su padre. (Génesis 29:12)
Cuando Labán oyó las noticias de Jacob, hijo de su hermana, corrió a su encuentro, lo abrazó, lo besó y lo trajo a su casa. Entonces él contó a Labán todas estas cosas. (Génesis 29:13)
Y Labán le dijo: "Ciertamente tú eres hueso mío y carne mía." Y Jacob se quedó con él todo un mes. (Génesis 29:14)

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Génesis 29:11 - Referencia Cruzada

Lloró tan fuerte que lo oyeron los Egipcios, y la casa de Faraón se enteró de ello. (Génesis 45:2)
Cuando Labán oyó las noticias de Jacob, hijo de su hermana, corrió a su encuentro, lo abrazó, lo besó y lo trajo a su casa. Entonces él contó a Labán todas estas cosas. (Génesis 29:13)
José se apresuró a salir, pues se sintió profundamente conmovido a causa de su hermano y buscó dónde llorar. Entró en su aposento y lloró allí. (Génesis 43:30)
Entonces se echó sobre el cuello de su hermano Benjamín, y lloró. Y Benjamín también lloró sobre su cuello. (Génesis 45:14)
Esaú corrió a su encuentro y lo abrazó, y echándose sobre su cuello lo besó, y ambos lloraron. (Génesis 33:4)
Salió Moisés a recibir a su suegro, se inclinó y lo besó. Se preguntaron uno a otro cómo estaban, y entraron en la tienda. (Éxodo 18:7)
Y el SEÑOR dijo a Aarón: "Ve al encuentro de Moisés en el desierto." El fue y le salió al encuentro en el monte de Dios, y lo besó. (Éxodo 4:27)
Salúdense los unos a los otros con un beso santo. Todas las iglesias de Cristo los saludan. (Romanos 16:16)
Y su padre Isaac le dijo: "Te ruego que te acerques y me beses, hijo mío." (Génesis 27:26)