¡Cómo han caído los valientes, Y perecido las armas de guerra!"
(2 Samuel 1:27)Después de esto David consultó al SEÑOR: "¿Subiré a alguna de las ciudades de Judá?" Y el SEÑOR le dijo: "Sube." "¿Adónde subiré?" dijo David. Y El dijo: "A Hebrón."
(2 Samuel 2:1)Entonces David subió allá, y también sus dos mujeres, Ahinoam la Jezreelita y Abigail, viuda de Nabal, el de Carmel.
(2 Samuel 2:2)Y David trajo a los hombres que estaban con él, cada uno con su familia; y habitaron en las ciudades de Hebrón.
Los hombres de Judá vinieron y ungieron allí a David como rey sobre la casa de Judá. Y avisaron a David: "Fueron los hombres de Jabes de Galaad los que sepultaron a Saúl."
(2 Samuel 2:4)Y David envió mensajeros a los hombres de Jabes de Galaad, a decirles: "Benditos sean del SEÑOR, porque han mostrado esta bondad a Saúl su señor, y lo han sepultado.
(2 Samuel 2:5)Ahora, que el SEÑOR les muestre misericordia y verdad; y yo también les haré bien por esto que han hecho.
(2 Samuel 2:6)Otras publicaciones relacionadas con "2 Samuel 2:3":
2 Samuel 2:3 - Referencia Cruzada
Estos son los que vinieron a David en Siclag, mientras aún se ocultaba por causa de Saúl, hijo de Cis. Eran de los hombres valientes que lo ayudaron en la guerra.
(1 Crónicas 12:1)Partió, pues, David, él y los 600 hombres que estaban con él, y llegaron hasta el torrente Besor, donde algunos se quedaron rezagados.
(1 Samuel 30:9)Se levantó, pues, David y se pasó con los 600 hombres que estaban con él a Aquis, hijo de Maoc, rey de Gat.
(1 Samuel 27:2)Todo el que estaba en apuros, todo el que estaba endeudado y todo el que estaba descontento se unió a él, y él vino a ser jefe sobre ellos. Y con él había unos 400 hombres.
(1 Samuel 22:2)Les dieron Quiriat Arba, siendo Arba el padre de Anac, es decir, Hebrón, en la región montañosa de Judá, con las tierras de pasto alrededor.
(Josué 21:11)Al tercer día, cuando David y sus hombres llegaron a Siclag, los Amalecitas habían hecho una incursión en el Neguev (región del sur) y contra Siclag, y habían asolado a Siclag y la habían incendiado,
(1 Samuel 30:1)