Nueva Biblia Latinoamericana
Al instante Saúl cayó por tierra cuan largo era, y tuvo gran temor por las palabras de Samuel; además estaba sin fuerzas, porque no había comido nada en todo el día y toda la noche. (1 Samuel 28:20)
La mujer se acercó a Saúl, y viendo que estaba aterrorizado, le dijo: "Mire, su sierva le ha obedecido y he puesto mi vida en peligro al oír las palabras que usted me habló. (1 Samuel 28:21)
Ahora pues, le ruego que también escuche la voz de su sierva, y me permita poner delante de usted un bocado de pan para que coma y tenga fuerzas cuando siga su camino." (1 Samuel 28:22)
Pero él rehusó, y dijo: "No comeré." Sin embargo, sus siervos junto con la mujer le insistieron, y él los escuchó. Se levantó, pues, del suelo y se sentó en la cama.
La mujer tenía en casa un ternero engordado y se apresuró a matarlo; y tomando harina, la amasó y horneó de ella pan sin levadura. (1 Samuel 28:24)
Y lo trajo delante de Saúl y de sus siervos, y comieron. Después se levantaron y se fueron aquella noche. (1 Samuel 28:25)
Los Filisteos reunieron todos sus ejércitos en Afec, mientras los Israelitas acamparon junto a la fuente que está en Jezreel. (1 Samuel 29:1)

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1 Samuel 28:23 - Referencia Cruzada

Un día pasaba Eliseo por Sunem, donde había una mujer distinguida, y ella lo persuadió a que comiera. Y sucedía que siempre que pasaba, entraba allí a comer. (2 Reyes 4:8)
Pero sus siervos se le acercaron y le dijeron: "Padre mío, si el profeta le hubiera dicho que hiciera alguna gran cosa, ¿no la hubiera hecho? ¡Cuánto más cuando le dice a usted: 'Lávese, y quedará limpio'!" (2 Reyes 5:13)
Pues el amor de Cristo nos apremia (nos controla), habiendo llegado a esta conclusión: que Uno murió por todos, y por consiguiente, todos murieron. (2 Corintios 5:14)
Como el que se quita la ropa en día de frío, o como el vinagre sobre la lejía, Es el que canta canciones a un corazón afligido. (Proverbios 25:20)
Y ellos Le insistieron, diciendo: "Quédate con nosotros, porque está atardeciendo, y el día ya ha declinado." Y entró a quedarse con ellos. (Lucas 24:29)
Cuando ella y su familia se bautizaron, nos rogó: "Si juzgan que soy fiel al Señor, vengan a mi casa y quédense en ella." Y nos persuadió a ir. (Hechos 16:15)
Entonces el señor dijo al siervo: 'Sal a los caminos y por los cercados, y oblígalos a entrar para que se llene mi casa. (Lucas 14:23)
Acab entonces se fue a su casa disgustado y molesto a causa de la palabra que Nabot de Jezreel le había dicho; pues dijo: "No le daré la herencia de mis padres." Acab se acostó en su cama, volvió su rostro y no comió. (1 Reyes 21:4)