Nueva Biblia Latinoamericana
Pero un hijo de Ahimelec, hijo de Ahitob, llamado Abiatar, escapó y huyó tras David. (1 Samuel 22:20)
Abiatar avisó a David que Saúl había matado a los sacerdotes del SEÑOR. (1 Samuel 22:21)
Entonces David dijo a Abiatar: "Yo sabía aquel día, cuando Doeg el Edomita estaba allí, que de seguro se lo haría saber a Saúl. He causado la muerte de todas las personas en la casa de tu padre. (1 Samuel 22:22)
Quédate conmigo, no temas, porque el que busca mi vida, busca tu vida; pues conmigo estarás a salvo."
Entonces dieron aviso a David: "Los Filisteos están atacando a Keila, y están saqueando las eras." (1 Samuel 23:1)
Entonces consultó David al SEÑOR: "¿Debo ir a atacar a estos Filisteos?" Y el SEÑOR dijo a David: "Ve, ataca a los Filisteos y libra a Keila." (1 Samuel 23:2)
Pero los hombres de David le dijeron: "Mira, estamos con temor aquí en Judá. ¿Cuánto más si vamos a Keila contra las filas de los Filisteos?" (1 Samuel 23:3)

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1 Samuel 22:23 - Referencia Cruzada

Yo les doy vida eterna y jamás perecerán, y nadie las arrebatará de Mi mano. (Juan 10:28)
Entonces los entregarán a tribulación, y los matarán, y serán odiados de todas las naciones por causa de mi nombre. (Mateo 24:9)
Acuérdense de la palabra que Yo les dije: 'Un siervo no es mayor que su señor.' Si Me persiguieron a Mí, también los perseguirán a ustedes; si guardaron Mi palabra, también guardarán la de ustedes. (Juan 15:20)
Entonces dijo el rey al sacerdote Abiatar: "Vete a Anatot, a tu campo, porque mereces morir; pero no te daré muerte en esta ocasión porque llevaste el arca del Señor DIOS delante de mi padre David, y porque fuiste afligido con todas las cosas con que mi padre fue afligido." (1 Reyes 2:26)
Cuando Yo estaba con ellos, los guardaba en Tu nombre, el nombre que Me diste; y los guardé y ninguno se perdió, excepto el hijo de perdición, para que la Escritura se cumpliera. (Juan 17:12)
Los expulsarán de las sinagogas; pero viene la hora cuando cualquiera que los mate pensará que así rinde un servicio a Dios. (Juan 16:2)
Por tanto, puesto que tenemos en derredor nuestro tan gran nube de testigos, despojémonos también de todo peso y del pecado que tan fácilmente nos envuelve, y corramos con paciencia (perseverancia) la carrera que tenemos por delante, (Hebreos 12:1)
Así se cumplía la palabra que había dicho: "De los que Me diste, no perdí ninguno." (Juan 18:9)