Aquí estoy; testifiquen contra mí delante del SEÑOR y delante de Su ungido. ¿A quién he quitado un buey, o a quién he quitado un asno, o a quién he defraudado? ¿A quién he oprimido, o de mano de quién he tomado soborno para cegar mis ojos con él? Testifiquen, y se lo restituiré." (1 Samuel 12:3)

Ellos respondieron: "Tú no nos has defraudado, tampoco nos has oprimido, ni has tomado nada de mano de ningún hombre." (1 Samuel 12:4)

Y Samuel les dijo: "El SEÑOR es testigo contra ustedes, y Su ungido es testigo en este día que nada han hallado en mi mano." "El es testigo," contestaron ellos. (1 Samuel 12:5)

Ahora pues, preséntense para que yo discuta con ustedes delante del SEÑOR acerca de todos los hechos de justicia del SEÑOR que El hizo por ustedes y por sus padres. (1 Samuel 12:7)

Cuando Jacob fue a Egipto y sus padres clamaron al SEÑOR, el SEÑOR envió a Moisés y a Aarón, quienes sacaron a sus padres de Egipto y los establecieron en este lugar. (1 Samuel 12:8)

Pero ellos olvidaron al SEÑOR su Dios, y El los vendió en manos de Sísara, jefe del ejército de Hazor, en manos de los Filisteos y en manos del rey de Moab, los cuales pelearon contra ellos. (1 Samuel 12:9)