Nueva Biblia Latinoamericana
Aquel hombre se llamaba Elimelec, y su mujer se llamaba Noemí. Los nombres de sus dos hijos eran Mahlón y Quelión, Efrateos de Belén de Judá. Y llegaron a los campos de Moab y allí se quedaron. (Rut 1:2)
Y murió Elimelec, marido de Noemí, y quedó ella con sus dos hijos. (Rut 1:3)
Ellos se casaron con mujeres Moabitas; el nombre de una era Orfa y el nombre de la otra Rut. Y vivieron allí unos diez años. (Rut 1:4)
Murieron también los dos, Mahlón y Quelión, y la mujer quedó privada de sus dos hijos y de su marido.
Entonces se levantó con sus nueras para regresar de la tierra de Moab, porque ella había oído en la tierra de Moab que el SEÑOR había visitado a Su pueblo dándole alimento. (Rut 1:6)
Salió, pues, del lugar donde estaba, y sus dos nueras con ella, y se pusieron en camino para volver a la tierra de Judá. (Rut 1:7)
Y Noemí dijo a sus dos nueras: "Vayan, regrese cada una a la casa de su madre. Que el SEÑOR tenga misericordia de ustedes como ustedes la han tenido con los que murieron y conmigo. (Rut 1:8)

Otras publicaciones relacionadas con "Rut 1:5":

Dr. Roberto Miranda
Dios no te da lo que tú quieres sino lo que tú necesitas
En este sermón, el pastor habla sobre cómo superar las tragedias y pérdidas de la vida a través de la perspectiva correcta y de la nobleza. Utiliza la historia de Ruth y Noemí en el Libro de Ruth para ilustrar su punto.


Dr. Roberto Miranda
Nunca te des por vencido
En este sermón, el pastor reflexiona sobre el Libro de Ruth en la Biblia y destaca los principios espirituales aplicados a la vida normal que se pueden aprender de la historia. También habla sobre cómo Dios trabaja en nuestras vidas a través de las pruebas y las pérdidas, y cómo nunca debemos darnos por vencidos porque Dios siempre está con nosotros y tiene planes buenos para nosotros.


Rut 1:5 - Referencia Cruzada

Ahora bien, había entre nosotros siete hermanos; el primero se casó, y murió; pero no teniendo descendencia, le dejó la mujer a su hermano. (Mateo 22:25)
Y dirás en tu corazón: '¿Quién me ha dado éstos? Pues yo había sido privada de mis hijos, Y era estéril, desterrada y errante. Y a éstos, ¿quién los ha criado? Yo había sido dejada sola; Y éstos, ¿dónde estaban?'" (Isaías 49:21)
Te castigará tu propia maldad, Y tus apostasías te condenarán. Reconoce, pues, y ve que es malo y amargo El dejar al SEÑOR tu Dios, Y no tener temor de Mí," declara el Señor, DIOS de los ejércitos. (Jeremías 2:19)
Vean ahora que Yo, Yo soy el Señor, Y fuera de Mí no hay dios. Yo hago morir y hago vivir. Yo hiero y Yo sano, Y no hay quien pueda librar de Mi mano. (Deuteronomio 32:39)
Si sus hijos abandonan Mi ley Y no andan en Mis juicios, (Salmos 89:30)
Y cuando se acercaba a la puerta de la ciudad, sacaban fuera a un muerto, hijo único de su madre, y ella era viuda; y un grupo numeroso de la ciudad estaba con ella. (Lucas 7:12)