Nueva Biblia Latinoamericana
Entonces el pueblo vino a Betel (Casa de Dios), y permaneció allí delante de Dios hasta la noche. Y alzaron sus voces y lloraron amargamente. (Jueces 21:2)
¿Por qué, oh SEÑOR, Dios de Israel," dijeron, "ha sucedido esto en Israel, que falte hoy una tribu en Israel?" (Jueces 21:3)
Y al día siguiente el pueblo se levantó temprano, y edificaron allí un altar y ofrecieron holocaustos y ofrendas de paz. (Jueces 21:4)
Después los Israelitas dijeron: "¿Quién de entre todas las tribus de Israel no subió a la asamblea del SEÑOR?" Porque habían hecho gran juramento en cuanto a todo aquél que no subiera al SEÑOR en Mizpa, diciendo: "Ciertamente se le dará muerte."
Los Israelitas se entristecieron por su hermano Benjamín, y dijeron: "Hoy ha sido cortada una tribu de Israel. (Jueces 21:6)
¿Qué haremos para conseguir mujeres para los que han quedado, ya que hemos jurado por el SEÑOR no darles ninguna de nuestras hijas en matrimonio?" (Jueces 21:7)
Entonces dijeron: "¿Cuál de las tribus de Israel no subió al SEÑOR en Mizpa?" Y sucedió que ninguno de Jabes Galaad había venido al campamento, a la asamblea. (Jueces 21:8)

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Jueces 21:5 - Referencia Cruzada

Maldigan a Meroz,' dijo el ángel del SEÑOR, 'maldigan, maldigan a sus moradores; Porque no vinieron en ayuda del SEÑOR, En ayuda del SEÑOR contra los guerreros.' (Jueces 5:23)
Los hombres de Israel habían jurado en Mizpa y dijeron: "Ninguno de nosotros dará su hija por mujer a los de Benjamín." (Jueces 21:1)
Maldito el que hace la obra del SEÑOR con engaño; Maldito el que retrae su espada de la sangre. (Jeremías 48:10)
Pero nosotros no le podemos dar mujeres de nuestras hijas." Porque los Israelitas habían jurado: "Maldito el que dé mujer a los de Benjamín." (Jueces 21:18)
Tomando una yunta de bueyes, los cortó en pedazos y los mandó por todo el territorio de Israel por medio de mensajeros, diciendo: "Así se hará a los bueyes del que no salga en pos de Saúl y en pos de Samuel." Entonces el terror del SEÑOR cayó sobre el pueblo, y salieron como un solo hombre. (1 Samuel 11:7)
Sin embargo, cualquier cosa dedicada que alguien separe para el SEÑOR de lo que posee, sea hombre o animal, o campos de su propiedad, no se venderá ni redimirá. Toda cosa dedicada es santísima al SEÑOR. (Levítico 27:28)