Y él respondió: "Ustedes se han llevado mis dioses que yo hice, también al sacerdote, y se han marchado, ¿y qué me queda? ¿Cómo, pues, me dicen: '¿Qué pasa?'"
(Jueces 18:24)Los hijos de Dan le dijeron: "Que no se oiga tu voz entre nosotros, no sea que caigan sobre ti hombres fieros y pierdas tu vida y las vidas de los de tu casa."
(Jueces 18:25)Y los hijos de Dan prosiguieron su camino. Cuando Micaía vio que eran muy fuertes para él, dio la vuelta y regresó a su casa.
(Jueces 18:26)Entonces los Danitas tomaron lo que Micaía había hecho, y al sacerdote que le había pertenecido, y llegaron a Lais, a un pueblo tranquilo y confiado. Y los hirieron a filo de espada e incendiaron la ciudad.
Y no había nadie que la librara, porque estaba lejos de Sidón, en el valle que está cerca de Bet Rehob, y ellos no tenían trato con nadie. Después los Danitas reedificaron la ciudad y habitaron en ella.
(Jueces 18:28)Le pusieron el nombre de Dan a la ciudad, según el nombre de Dan su padre, que le nació a Israel. Pero el nombre de la ciudad anteriormente era Lais.
(Jueces 18:29)Y los hijos de Dan levantaron para sí la imagen tallada. Jonatán, hijo de Gersón, hijo de Manasés, y sus hijos fueron sacerdotes para la tribu de los Danitas, hasta el día del cautiverio de la tierra.
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Jueces 18:27 - Referencia Cruzada
Cuando entren, llegarán a un pueblo confiado, con una tierra espaciosa que Dios ha entregado en manos de ustedes. Es un lugar donde no falta nada de lo que hay sobre la tierra."
(Jueces 18:10)Mataron a filo de espada a todas las personas que había en ella, destruyéndolas por completo. No quedó nadie con vida. A Hazor le prendió fuego.
(Josué 11:11)Pero el territorio de los hijos de Dan continuaba más allá de éstas. Porque los hijos de Dan subieron y lucharon contra Lesem y la capturaron. La hirieron a filo de espada, la poseyeron y se establecieron (habitaron) en ella; y a Lesem la llamaron Dan, según el nombre de Dan su padre.
(Josué 19:47)Entonces los cinco hombres salieron y llegaron a Lais y vieron al pueblo que había en ella viviendo en seguridad, tranquilo y confiado, según la costumbre de los Sidonios. Porque no había gobernante humillándolos en nada en aquella tierra, y estaban lejos de los Sidonios, y no tenían relaciones con nadie.
(Jueces 18:7)