Y él tomó a su gente, la dividió en tres compañías y puso emboscadas en el campo. Cuando miró y vio al pueblo salir de la ciudad, se levantó contra ellos y los mató. (Jueces 9:43)

Entonces Abimelec y la compañía que estaba con él se lanzaron con ímpetu y se situaron a la entrada de la puerta de la ciudad, y las otras dos compañías se lanzaron contra todos los que estaban en el campo y los mataron. (Jueces 9:44)

Y peleó Abimelec contra la ciudad todo aquel día, capturó la ciudad y mató a la gente que había en ella. Entonces arrasó la ciudad y la sembró de sal. (Jueces 9:45)

Al oír esto todos los habitantes de la torre de Siquem, se metieron en la fortaleza del templo de El Berit.

Y le informaron a Abimelec que todos los habitantes de la torre de Siquem estaban reunidos. (Jueces 9:47)

Abimelec subió entonces al Monte Salmón, él y toda la gente que estaba con él; y tomando Abimelec un hacha en su mano, cortó una rama de los árboles, la levantó y la puso sobre su hombro. Y dijo a la gente que estaba con él: "Lo que me han visto hacer, apresúrense y hagan lo mismo." (Jueces 9:48)

Y todo el pueblo cortó también cada uno su rama y siguió a Abimelec, y las pusieron sobre la fortaleza; prendieron fuego a la fortaleza sobre los que estaban adentro, y murieron también todos los de la torre de Siquem, como 1,000 hombres y mujeres. (Jueces 9:49)

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Jueces 9:46 - Referencia Cruzada

Ahora pues, oh Dios de Israel, Te ruego que se cumpla Tu palabra que hablaste a Tu siervo, mi padre David. (1 Reyes 8:26)

Le dieron setenta piezas de plata de la casa de Baal Berit, con las cuales Abimelec tomó a sueldo hombres indignos y temerarios que lo siguieron. (Jueces 9:4)

Al morir Gedeón, los Israelitas volvieron a prostituirse con los baales e hicieron a Baal Berit su dios. (Jueces 8:33)

Y mientras él adoraba en la casa de su dios Nisroc, sus hijos Adramelec y Sarezaer lo mataron a espada y huyeron a la tierra de Ararat. Y su hijo Esar Hadón reinó en su lugar. (Isaías 37:38)

Se volverán como ellos los que los hacen, Y todos los que en ellos confían. (Salmos 115:8)

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En Samaria, Ocozías se cayó por la ventana de su aposento alto, y se enfermó. Entonces envió mensajeros diciéndoles: "Vayan, consulten a Baal Zebub, dios de Ecrón, si he de sanar de esta enfermedad." (2 Reyes 1:2)

Porque han dicho: "Hemos hecho un pacto con la muerte, Hemos hecho un convenio con el Seol (región de los muertos). Cuando pase el azote abrumador, no nos alcanzará, Porque hemos hecho de la mentira nuestro refugio Y en el engaño nos hemos escondido." (Isaías 28:15)