Nueva Biblia Latinoamericana
Cuando el SEÑOR tu Dios la entregue en tu mano, herirás a filo de espada a todos sus hombres. (Deuteronomio 20:13)
Sólo las mujeres y los niños, los animales y todo lo que haya en la ciudad, todos sus despojos, tomarás para ti como botín. Comerás del botín de tus enemigos, que el SEÑOR tu Dios te ha dado. (Deuteronomio 20:14)
Así harás a todas las ciudades que están muy lejos de ti, que no sean de las ciudades de las naciones cercanas. (Deuteronomio 20:15)
Pero en las ciudades de estos pueblos que el SEÑOR tu Dios te da en heredad, no dejarás con vida nada que respire,
sino que los destruirás por completo: a los Hititas, Amorreos, Cananeos, Ferezeos, Heveos y Jebuseos, tal como el SEÑOR tu Dios te ha mandado, (Deuteronomio 20:17)
para que ellos no les enseñen a ustedes a imitar todas las abominaciones que ellos han hecho con sus dioses y no pequen contra el SEÑOR su Dios. (Deuteronomio 20:18)
Cuando sities una ciudad por muchos días, peleando contra ella para tomarla, no destruirás sus árboles metiendo el hacha contra ellos; no los talarás, pues de ellos puedes comer. Porque, ¿es acaso el árbol del campo un hombre para que le pongas sitio? (Deuteronomio 20:19)

Otras publicaciones relacionadas con "Deuteronomio 20:16":

Faustino de Jesús Zamora Vargas
Táctica y estrategia
Artículo sobre la táctica y estrategia divina para lograr sus propósitos y cómo la iglesia de Cristo puede trabajar en el avance del Reino de Dios.


Charles Spurgeon
El Señor es capaz de detener a todos los enemigos de Su pueblo
Artículo sobre la capacidad del Señor para detener a los enemigos del pueblo y cómo podemos confiar en Él en tiempos de temor.


Deuteronomio 20:16 - Referencia Cruzada

expulsarán a todos los habitantes de la tierra delante de ustedes, y destruirán todas sus piedras grabadas, y destruirán todas sus imágenes fundidas, y demolerán todos sus lugares altos; (Números 33:52)
Entonces Israel hizo un voto al SEÑOR y dijo: "Si en verdad entregas a este pueblo en mis manos, yo destruiré por completo sus ciudades." (Números 21:2)
Cuando el SEÑOR tu Dios te haya introducido en la tierra donde vas a entrar para poseerla y haya echado de delante de ti a muchas naciones: los Hititas, los Gergeseos, los Amorreos, los Cananeos, los Ferezeos, los Heveos y los Jebuseos, siete naciones más grandes y más poderosas que tú, (Deuteronomio 7:1)
Y aquel día Josué los hizo leñadores y aguadores para la congregación y para el altar del SEÑOR, en el lugar que El escogiera, hasta el día de hoy. (Josué 9:27)
Aquel día Josué conquistó a Maceda. La hirió a filo de espada junto con su rey y la destruyó por completo con todas las personas que había en ella. No dejó ningún sobreviviente, e hizo con el rey de Maceda como había hecho con el rey de Jericó. (Josué 10:28)
Así que lo mataron a él, a sus hijos y a todo su pueblo, hasta que no le quedó remanente; y tomaron posesión de su tierra. (Números 21:35)
Y ellos respondieron a Josué: "Porque ciertamente tus siervos fueron informados de que el SEÑOR tu Dios había ordenado a Su siervo Moisés que les diera toda la tierra, y que destruyera a todos los habitantes de la tierra delante de ustedes. Por tanto, temimos en gran manera por nuestras vidas a causa de ustedes, y hemos hecho esto. (Josué 9:24)
Mataron a filo de espada a todas las personas que había en ella, destruyéndolas por completo. No quedó nadie con vida. A Hazor le prendió fuego. (Josué 11:11)
Los Israelitas tomaron como botín todos los despojos de estas ciudades y el ganado; pero a los hombres hirieron a filo de espada hasta destruirlos. No dejaron a ninguno con vida. (Josué 11:14)
Destruirás a todos los pueblos que el SEÑOR tu Dios te entregue; tu ojo no tendrá piedad de ellos; tampoco servirás a sus dioses, porque esto sería un tropiezo para ti. (Deuteronomio 7:16)
Fijaré tus límites desde el Mar Rojo hasta el mar de los Filisteos, y desde el desierto hasta el Río Eufrates . Porque en tus manos entregaré a los habitantes de esa tierra, y tú los echarás de delante de ti. (Éxodo 23:31)
La ciudad será dedicada al anatema (a la destrucción), ella y todo lo que hay en ella pertenece al SEÑOR. Sólo Rahab la ramera y todos los que están en su casa vivirán, porque ella escondió a los mensajeros que enviamos. (Josué 6:17)
Hirió, pues, Josué toda la tierra: la región montañosa, el Neguev (región del sur), las tierras bajas (la Sefela) y las laderas, y a todos sus reyes. No dejó ningún sobreviviente, sino que destruyó por completo a todo el que tenía vida, tal como el SEÑOR, Dios de Israel, había mandado. (Josué 10:40)