No la comerás, para que te vaya bien a ti y a tus hijos después de ti, porque estarás haciendo lo que es justo delante del SEÑOR.
(Deuteronomio 12:25)Solamente las cosas sagradas que tengas y tus ofrendas votivas (de tus votos), las tomarás e irás al lugar que el SEÑOR escoja.
(Deuteronomio 12:26)Ofrecerás tus holocaustos, la carne y la sangre, sobre el altar del SEÑOR tu Dios; y la sangre de tus sacrificios será derramada sobre el altar del SEÑOR tu Dios, y podrás comer la carne.
Escucha con cuidado todas estas palabras que te mando, para que te vaya bien a ti y a tus hijos después de ti para siempre, porque estarás haciendo lo que es bueno y justo delante del SEÑOR tu Dios.
(Deuteronomio 12:28)Cuando el SEÑOR tu Dios haya destruido delante de ti las naciones que vas a desposeer, y las hayas desposeído y habites en su tierra,
(Deuteronomio 12:29)cuídate de no caer en una trampa imitándolas, después que hayan sido destruidas delante de ti, y de no buscar sus dioses, diciendo: '¿Cómo servían estas naciones a sus dioses para que también yo haga lo mismo?'
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Deuteronomio 12:27 - Referencia Cruzada
Entonces degollará el novillo delante del SEÑOR; y los sacerdotes hijos de Aarón ofrecerán la sangre y la rociarán por todos los lados sobre el altar que está a la entrada de la tienda de reunión.
(Levítico 1:5)El que presenta el holocausto lavará las entrañas y las patas con agua, y el sacerdote lo quemará todo sobre el altar como holocausto. Es una ofrenda encendida de aroma agradable para el SEÑOR.
(Levítico 1:9)Las entrañas y las patas las lavará con agua, y el sacerdote lo ofrecerá todo, quemándolo sobre el altar. Es un holocausto, una ofrenda encendida de aroma agradable para el SEÑOR.
(Levítico 1:13)Porque la vida de la carne está en la sangre, y Yo se la he dado a ustedes sobre el altar para hacer expiación por sus almas. Porque es la sangre, por razón de la vida, la que hace expiación.'
(Levítico 17:11)Entonces el sacerdote tomará con su dedo de la sangre y la pondrá sobre los cuernos del altar del holocausto, y derramará todo el resto de la sangre al pie del altar.
(Levítico 4:30)