Acuérdate de Tus siervos Abraham, Isaac y Jacob; no mires la dureza de este pueblo ni su maldad ni su pecado.
(Deuteronomio 9:27)De otra manera los de la tierra de donde Tú nos sacaste dirán: "Por cuanto el SEÑOR no pudo hacerlos entrar en la tierra que les había prometido y porque los aborreció, los sacó para hacerlos morir en el desierto.'
(Deuteronomio 9:28)Sin embargo, ellos son Tu pueblo, Tu heredad, a quien Tú has sacado con Tu gran poder y Tu brazo extendido.'
(Deuteronomio 9:29)En aquel tiempo el SEÑOR me dijo: 'Lábrate dos tablas de piedra como las anteriores, y sube a Mí al monte, y hazte un arca de madera.
Yo escribiré sobre esas tablas las palabras que estaban sobre las primeras tablas que quebraste, y las pondrás en el arca.'
(Deuteronomio 10:2)Hice, pues, un arca de madera de acacia y labré dos tablas de piedra como las anteriores, y subí al monte con las dos tablas en mi mano.
(Deuteronomio 10:3)Y El escribió sobre las tablas, conforme a la escritura anterior, los Diez Mandamientos que el SEÑOR les había hablado a ustedes en el monte de en medio del fuego el día de la asamblea; y el SEÑOR me las dio.
(Deuteronomio 10:4)Otras publicaciones relacionadas con "Deuteronomio 10:1":
Deuteronomio 10:1 - Referencia Cruzada
El SEÑOR dijo a Moisés: "Lábrate dos tablas de piedra como las anteriores, y Yo escribiré sobre las tablas las palabras que estaban en las primeras tablas que tú quebraste.
(Éxodo 34:1)Harán también un arca de madera de acacia. Su longitud será de 1.12 metros, su anchura de 68 centímetros, y su altura de 68 centímetros.
(Éxodo 25:10)Hice, pues, un arca de madera de acacia y labré dos tablas de piedra como las anteriores, y subí al monte con las dos tablas en mi mano.
(Deuteronomio 10:3)el cual tenía el altar de oro del incienso y el arca del pacto cubierta toda de oro, en la cual había una urna de oro que contenía el maná y la vara de Aarón que retoñó y las tablas del pacto.
(Hebreos 9:4)Moisés, pues, labró dos tablas de piedra como las anteriores, se levantó muy de mañana y subió al Monte Sinaí, como el SEÑOR le había mandado, llevando en su mano las dos tablas de piedra.
(Éxodo 34:4)