¿Ha oído pueblo alguno la voz de Dios, hablando de en medio del fuego, como tú la has oído, y ha sobrevivido?
(Deuteronomio 4:33)
¿O ha intentado dios alguno tomar para sí una nación de en medio de otra nación, con pruebas, con señales y maravillas, con guerra y mano fuerte y con brazo extendido y hechos aterradores, como el SEÑOR tu Dios hizo por ti en Egipto delante de tus ojos?
(Deuteronomio 4:34)
A ti te fue mostrado, para que supieras que el SEÑOR, El es Dios; ningún otro hay fuera de El.
(Deuteronomio 4:35)
Desde los cielos el SEÑOR te hizo oír Su voz para disciplinarte; y sobre la tierra te hizo ver Su gran fuego, y oíste Sus palabras de en medio del fuego.
Porque El amó a tus padres, por eso escogió a su descendencia después de ellos; y personalmente te sacó de Egipto con Su gran poder,
(Deuteronomio 4:37)
expulsando delante de ti naciones más grandes y más poderosas que tú, para hacerte entrar y darte la tierra de ellos por heredad, como sucede hoy.
(Deuteronomio 4:38)
Por tanto, reconoce hoy y reflexiona en tu corazón, que el SEÑOR es Dios arriba en los cielos y abajo en la tierra; no hay otro.
(Deuteronomio 4:39)
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Deuteronomio 4:36 - Referencia Cruzada
Tengan cuidado de no rechazar a Aquél que habla. Porque si aquéllos no escaparon cuando rechazaron al que les amonestó sobre la tierra, mucho menos escaparemos nosotros si nos apartamos de Aquél que nos amonesta desde el cielo.
(Hebreos 12:25)
Y el SEÑOR dijo a Moisés: "Yo vendré a ti en una densa nube, para que el pueblo oiga cuando Yo hable contigo y también te crean para siempre." Entonces Moisés comunicó al pueblo las palabras del SEÑOR.
(Éxodo 19:9)
El sonido de la trompeta aumentaba más y más. Moisés hablaba, y Dios le respondía con el trueno.
(Éxodo 19:19)
Todo el pueblo percibía los truenos y relámpagos, el sonido de la trompeta y el monte que humeaba. Cuando el pueblo vio aquello, temblaron, y se mantuvieron a distancia.
(Éxodo 20:18)
Porque ustedes no se han acercado a un monte que se puede tocar, ni a fuego ardiente, ni a tinieblas, ni a oscuridad, ni a torbellino,
(Hebreos 12:18)
Y la gloria del SEÑOR reposó sobre el Monte Sinaí, y la nube lo cubrió por seis días. Al séptimo día, Dios llamó a Moisés de en medio de la nube.
(Éxodo 24:16)
Luego bajaste sobre el Monte Sinaí, Y desde el cielo hablaste con ellos; Les diste ordenanzas justas y leyes verdaderas, Estatutos y mandamientos buenos.
(Nehemías 9:13)
¿Ha oído pueblo alguno la voz de Dios, hablando de en medio del fuego, como tú la has oído, y ha sobrevivido?
(Deuteronomio 4:33)