Nueva Biblia Latinoamericana
Pero el SEÑOR me dijo: 'No le tengas miedo, porque Yo lo he entregado en tu mano a todo su pueblo y su tierra; y harás con él tal como hiciste con Sehón, rey de los Amorreos, que habitaba en Hesbón.' (Deuteronomio 3:2)
Así que el SEÑOR nuestro Dios también entregó en nuestra mano a Og, rey de Basán, con todo su pueblo, y los herimos hasta que no quedaron sobrevivientes. (Deuteronomio 3:3)
Conquistamos en aquel entonces todas sus ciudades; no quedó ciudad que no les tomáramos: sesenta ciudades, toda la región de Argob, el reino de Og en Basán. (Deuteronomio 3:4)
Todas éstas eran ciudades fortificadas con altas murallas, puertas y barras, aparte de muchos otros pueblos sin murallas.
Las destruimos totalmente, como hicimos con Sehón, rey de Hesbón, exterminando a todos los hombres, mujeres y niños de cada ciudad. (Deuteronomio 3:6)
Pero tomamos como nuestro botín todos los animales y los despojos de las ciudades. (Deuteronomio 3:7)
Tomamos entonces la tierra de mano de los dos reyes de los Amorreos que estaban del otro lado del Jordán, desde el Valle del Arnón hasta el Monte Hermón (Deuteronomio 3:8)

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Deuteronomio 3:5 - Referencia Cruzada

Sólo que es fuerte el pueblo que habita en la tierra, y las ciudades, fortificadas y muy grandes; y además vimos allí a los descendientes de Anac. (Números 13:28)
Por la fe cayeron los muros de Jericó, después de ser rodeados por siete días. (Hebreos 11:30)
¿Adónde subiremos? Nuestros hermanos nos han atemorizado, diciendo: "El pueblo es más grande y más alto que nosotros; las ciudades son grandes y fortificadas hasta el cielo. Y además vimos allí a los hijos de Anac."' (Deuteronomio 1:28)