Nueva Biblia Latinoamericana
En aquella ocasión di órdenes a sus jueces y les dije: 'Oigan los pleitos entre sus hermanos, y juzguen justamente entre un hombre y su hermano, o el extranjero que está con él. (Deuteronomio 1:16)
No mostrarán parcialidad en el juicio; lo mismo oirán al pequeño que al grande. No tendrán temor del hombre, porque el juicio es de Dios. El caso que sea muy difícil para ustedes, me lo traerán a mí, y yo lo oiré.' (Deuteronomio 1:17)
En aquella misma ocasión les mandé todas las cosas que debían hacer. (Deuteronomio 1:18)
Entonces salimos de Horeb y pasamos por todo aquel vasto y terrible desierto que ustedes vieron, camino de la región montañosa de los Amorreos, tal como el SEÑOR nuestro Dios nos había mandado, y llegamos a Cades Barnea.
Y les dije: 'Han llegado a la región montañosa de los Amorreos que el SEÑOR nuestro Dios nos va a dar. (Deuteronomio 1:20)
Mira, Israel, el SEÑOR tu Dios ha puesto la tierra delante de ti; sube, toma posesión de ella, como el SEÑOR, el Dios de tus padres, te ha dicho. No temas ni te acobardes.' (Deuteronomio 1:21)
Entonces todos ustedes se acercaron a mí, y dijeron: 'Enviemos hombres delante de nosotros, que nos exploren la tierra, y nos traigan noticia del camino por el cual hemos de subir y de las ciudades a las cuales entraremos.' (Deuteronomio 1:22)

Otras publicaciones relacionadas con "Deuteronomio 1:19":

Samuel Acevedo
No temas, ni desmayes
En este artículo, Samuel Acevedo nos recuerda la importancia de no temer ni desmayar en nuestra vida cristiana y cómo mantener una relación viva con Dios para encontrar paz y bendición en Él.


Dr. Roberto Miranda
Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazon!
En este artículo, el autor habla sobre la importancia de mantener nuestro corazón conforme al de Dios y ser excelentes en todo lo que hacemos para Él. También se destacan las pruebas que Dios pone a las personas para determinar quiénes son aptos para la tarea que les ha encomendado.


Deuteronomio 1:19 - Referencia Cruzada

Lo encontró en tierra desierta, En la horrenda soledad de un desierto; Lo rodeó, cuidó de él, Lo guardó como a la niña de Sus ojos. (Deuteronomio 32:10)
y fueron y se presentaron a Moisés, a Aarón, y a toda la congregación de los Israelitas en el desierto de Parán, en Cades; y les dieron un informe a ellos y a toda la congregación, y les enseñaron el fruto de la tierra. (Números 13:26)
Hay once días de camino desde Horeb hasta Cades Barnea por el camino del Monte Seir. (Deuteronomio 1:2)
El te condujo a través del inmenso y terrible desierto, con sus serpientes abrasadoras y escorpiones, tierra sedienta donde no había agua; El sacó para ti agua de la roca de pedernal. (Deuteronomio 8:15)
y los Israelitas salieron, según su orden de marcha, del desierto de Sinaí. Y la nube se detuvo en el desierto de Parán. (Números 10:12)
Tampoco dijeron: '¿Dónde está el SEÑOR Que nos hizo subir de la tierra de Egipto, Que nos condujo por el desierto, Por una tierra de lugares desolados y barrancos, Por una tierra seca y tenebrosa (de sombra de muerte), Una tierra por la que nadie pasó Y donde ningún hombre habitó?' (Jeremías 2:6)